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28 marzo, 2024
AndalucíaSevilla

Del Claustro del consenso al “teatro” de la discordia [CRÓNICA]

Democracia. La palabra más pronunciada, la dama amante de todos pero la novia de ninguno. En un Claustro histórico, profesores y estudiantes divididos entre sí batallaron a dentelladas y mandobles en disputa por el preciado concepto. El PAS se limitó a observar el espectáculo.

La confusa continuación del proceso, “esto es un cacao” decía el profesor Víctor Molina; y la sincronía aparente entre algunos claustrales llevó a más de un presente a denunciar “esto es un teatro”, en palabras del estudiante Alberto Pérula.

Y es que un Claustro que estaba llamado a “fraguar un consenso previo a la reforma” en palabras del convocante, el rector Miguel Ángel Castro, se transformó tras horas de agotador debate en un teatro de la discordia donde se intercambiaban exigencias de respeto bajo descalificaciones soterradas.

En esta nueva convocatoria del TEU, el Teatro Universitario, cuatro actores protagonistas en cartel: los profesores Ángeles Gallego y Víctor Molina, los estudiantes Rubén Manrique y Álvaro Rodríguez Távora.

Sin embargo, la obra no levantó el telón de inmediato. Nada más comenzar, tres cuestiones de orden de los profesores José Manuel Gómez Muñoz, Teresa Duarte y Miguel Ángel Olalla. Todas ellas cuestionando la legalidad del proceso, no recogido en el Estatuto de la Hispalense, y exigiendo la desconvocatoria del Claustro o de sus posteriores votaciones. Todas rechazadas por el rector con el argumento de que “este debate es uno de mis compromisos adquiridos y con los que fui apoyado por este mismo Claustro”. No perdió ocasión de responderle el veterano representante estudiantil Daniel Arenaza “su programa electoral no es la normativa y no puede imponernos un formulario inventado”, le atacó, sin respuesta de Castro.

El sufragio universal recibe más apoyos

A la espera del resultado final de las votaciones, que arrancan hoy día 1 de abril y finalizan el próximo día 5, en el debate el sufragio universal sumó más voluntades. Un amplio número de claustrales se posicionaron favorables al sufragio universal, mientras que el actual modelo de elección a través del Claustro cosechó menos defensores.

La profesora Ángeles Gallego

La primera intervención corrió a cargo de la profesora Ángeles Gallego, componente de la Comisión de Proyectos Normativos. Este órgano dependiente del Claustro es el responsable de evaluar las reformas de calado de la Hispalense. En una alocución muy técnica, Gallego defendió el sufragio claustral con modificaciones de mejora en las normas actuales, como limitar los mandatos del rector a máximo ocho años o acompasar elección del Claustro y el rector. “Es igualmente democrático este modelo, que evita efectos indeseables” afirmó Gallego.

En una línea similar se expresó el claustral Rubén Manrique que expresó su temor a que el sufragio universal abra la puerta “a injerencias externas” sobre los sectores universitarios y expuso datos de votación de algunas universidades para mostrar que “el sufragio universal no aumenta la participación entre los estudiantes”. Achacó a los defensores del mismo de “tener voluntad de engañar” por calificarlo de más democrático que el actual. Además, para Manrique el sufragio universal perjudica a los estudiantes, porque “pierde peso su decisión cuando actualmente la US es la que más porcentaje tiene, un 30%”.

El portavoz de ADIUS, Víctor Molina
El portavoz de ADIUS, Víctor Molina

Un giro de 180 grados supuso la participación del profesor Víctor Molina. Reiterativo en expresar su rotundo rechazo a las formas del debate, Molina reclamó “respeto hacia el Claustro” en referencia a las 124 firmas que en 2012 exigieron ya el debate sobre el modelo de elección del rector. “Como universidad, deberíamos ser un ejemplo de comportamiento democrático, y estamos dando un espectáculo bochornoso”. “Usted no es un rector valiente, Sr. Castro” por no traer esas firmas al Claustro y de “abrir una enorme brecha institucional” con “este extraño procedimiento de reforma que se ha inventado”. Precisamente estas son las causas que llevaron a ADIUS a anunciar que acudirían a la Defensoría Universitaria y al Defensor del Pueblo Andaluz. Sobre el sufragio, Molina afirmó que “tiene valor que cada persona de nuestra comunidad tenga la oportunidad de decidir libremente sobre el programa que crea mejor, sin depender de la buena voluntad de sus claustrales”.

El último en intervenir, el CADUS, a través de su miembro nato en el Claustro Álvaro Távora, presentó una escueta petición de sufragio universal. Para el delegado, “los estudiantes no podemos ofrecerles nada para que nos apoyen, no podemos arreglar sus problemas” pero insistió en la medida para que el Claustro obtuviese “la gratitud y confianza de los estudiantes, queremos volver a confiar en este órgano”.

Una vez terminadas las defensas de las propuestas comenzó un intenso debate donde se entremezclaban todos los argumentos a favor y en contra de los dos modelos de sufragio.

Luis Ángel Hierro en su intervención en el Claustro
Luis Ángel Hierro en su intervención en el Claustro

El exdiputado y profesor, Luis Ángel Hierro, lanzó un duro discurso contra el sistema mediante Claustro porque “está sujeto a las injerencias vía despacho y teléfono, y lo sé”. A este respecto, Manrique afirmó “sentir mucho pudor cuando se habla de red clientelar. Yo voto lo que yo pienso”. Aunque no escapó de la acusación del profesor José Manuel Gómez Muñoz, que le tildó de manipulado. “Cuando hablamos de injerencias externas, ¿cree que lo es que te llame tu partido para decirte a qué candidato a rector votar?”.

El tono se elevó con el profesor Francisco Garrudo, que le lanzó al rector una de las frases más contundentes del día. “Usted está muy cómodo aquí. Es el director de una empresa con mayoría absoluta entre sus accionistas” y le conminó a salir para escuchar a toda la comunidad. La réplica le llegó de su propio sector, no de Castro. “Me han dicho que soy la accionista del gobierno universitario. Eso es una falta de respeto” se quejó Ángeles Gallego.

María José Lera, profesora de Psicología, habló en una intervención muy aplaudida para defender que “el sufragio universal nos daría mayor salud mental, individual y colectiva” dado que “los estudios más avanzados demuestran que las personas que toman decisiones, que tienen autonomía, desde cualquier edad, tiene una mejor salud mental”

Sin embargo, ningún sector se movió de su barricada. El estudiante José María del Real le tomó prestado el argumento a Manrique, afirmando que “¿para qué el sufragio universal si no se quieren implicar [los estudiantes]?. Primero hay que cambiar esa mentalidad”. La respuesta vino desde el claustral de Ingenieros, Alberto Pérula, “se lucha contra la apatía no con publicidad, se lucha con urnas en cada facultad, se lucha dando a la comunidad universitaria poder directo sobre el futuro de la universidad”.

Ante el estancamiento, muchas voces, el profesor Molina entre ellas, argumentaron que quizás lo mejor sería consultar al resto de la Hispalense. “Parece difícil ponernos de acuerdo. Y qué fácil sería hacer referédum a toda la comunidad”, dijo. Una llamada que quedó sin respuesta desde el Rectorado.

Entre los decanos presentes, silencio de Comunicación, Educación, Medicina y Económicas. Quejas en twitter de Francisco Medina de Psicología y cerrado apoyo al actual modelo de Manuel Barrios de Filosofía. Justamente el debate sobre el modelo elección de estos cargos universitarios suscito un escasísimo debate.

Los porcentajes, “la caja de Pandora”
Rubén Manrique en la presentación de su propuesta
Rubén Manrique en la presentación de su propuesta

Casi tanto o más que el modelo de elección a rector, la pieza clave del cómo, los porcentajes de representación, fue el otro gran tema. En la actualidad, el sector A de profesores funcionarios ocupa el 51% del Claustro, el resto del profesorado agrupado en el sector B el 10, el sector C estudiantil el 31% y el PAS o sector D solo el 8%. Las propuestas de Gallego y Manrique propusieron el mismo cambio: pasar el profesorado doctor no funcionario pero con contrato indefinido, fundamentalmente contratados doctores, al sector A, y a los estudiantes de doctorado al sector B. Así, y como figura en la documentación presentada por estos claustrales, el sector A vería incrementado su porcentaje al 55%, el B disminuido al 6% y el C al 30, quedándose idéntico el D.

De manera unánime el sector B se manifestó en contra, con el apoyo del CADUS. Incluso llegó

La que fuera candidata a rectora, Adela Muñoz, fue muy crítica en sus declaraciones
La que fuera candidata a rectora, Adela Muñoz, fue muy crítica en sus declaraciones

a interpretarse como un “castigo” por la tradicional oposición de este profesorado a las políticas del Rectorado. “Me siento amenazado por pertenecer al casi extinto subsector B3 [que agrupa a profesorado asociado], según algunas propuestas”, protestó el profesor Víctor Moreno. Gallego manifestó que la propuesta se encuadraba en un “cambio del profesorado universitario, con más personal laboral fijo” y que “se la había llegado a escuchar al sector B”.

Gerardo Labrador, portavoz del PAS
Gerardo Labrador, portavoz del PAS

Manrique expuso parecido argumento para el cambio de doctorandos al sector B “tienen otra relación con la universidad que los estudiantes de grado y máster”.

Adela Muñoz, del sector A, apoyó al sector B,

afirmando que “se está usando la táctica del miedo, no vayamos a tocar a algunos [sector B] y vayamos a peor”. En la misma línea Luis Hierro, también del A, que pensaba que se mezclaban debates y “los porcentajes es abrir la caja de Pandora”. El debate se cerró con un dato clarificador sobre los efectos de reducir porcentaje al sector B del profesor Juan Cascales. “Actualmente, cada asiento del sector A representa a 16 personas, por 83 en el caso del sector B. Con la propuesta presentada, el sector A pasaría a 18 y el sector B, incluyendo doctorandos, 200”.

A este respecto, y pese a que no llevaron ninguna propuesta al debate, el sector D reclamó un mayor peso de su sector, “a la altura del resto de universidades andaluzas y españolas”

Los estudiantes, muy enfrentados

En varias conversaciones de pasillo, estupefacción entre profesores y estudiantes por algunas de

El claustral por Medicina, Pablo Margüenda
El claustral por Medicina, Pablo Margüenda

las alocuciones del tildado “sector de la rosa” en referencia a su supuesta cercanía con Juventudes Socialistas, según explicaron varios claustrales a Aula Magna. Los 16 claustrales alumnos firmantes de la propuesta del sufragio claustral fueron contestados por el CADUS y el resto de claustrales. Para Pablo Margüenda, del MAE desde todo el respeto, hoy sois cómplices de una injusticia”, les respondió.

No en vano, el problema de participación estudiantil estuvo presente en toda la sesión de Claustro, y fue la gran baza de los defensores del modelo actual. “Nuestro papel es dinamizar la política universitaria. Echamos la culpa al sistema, pero no nos echamos la culpa a nosotros” acusó el estudiante José Luis Blanco. A lo que respondió la delegada de Comunicación, Lorena Lucenilla “no lo haréis en otros centros, en Comunicación llevamos ocho años luchando por una democracia participativa, y no es fácil”. Paula Navascués, del MAE, se manifestó en la misma línea. “Los representantes no tenemos medios [para fomentar la participación] y el Rectorado debe estar obligado a darlos”.

Alberto Pérula, claustral de la Escuela de Ingenieros
Alberto Pérula, claustral de la Escuela de Ingenieros

La batalla de la representatividad fue otra linde entre estudiantes. En su alocución, Távora se arrogó la representación estudiantil por venir “en nombre del Pleno del CADUS, de las Delegaciones y Asambleas”. El portavoz de ese grupo divergente, Manrique, contraatacó afirmando que “tan unánimes ni representativos seréis si hay otra propuesta del mismo sector en sentido contrario”.

Manrique y Pérula se enfrentaron a tenor de otras de las propuestas, la de unificación de procesos electorales. El primero defendía que “la multitud de elecciones a Juntas, Consejos de Departamentos, Delegaciones desgasta a los representantes” y por eso unir todos los procesos en unos pocos meses. El segundo denunció que “esa propuesta se había hecho unilateralmente, sin consultar con los demás compañeros” y que de aceptarse “se viola la autonomía de las Delegaciones de convocar en función de las casuísticas de cada centro”.

Discrepancias en el voto electrónico

La maratoniana jornada terminaba con el planteamiento de instalar un voto electrónico, la única reclamación que parecía que iba a ser aceptada con facilidad dado que “de primeras, yo veía muy positivo esto ¿quién podría oponerse?” se preguntaba Germán Nieto de la ESI. Sin embargo, resurgieron las propias críticas contrarias al voto anticipado en Claustro. “Si nos hemos erigido como una élite ¿no podemos si quiera venir a votar?”, planteaba el profesor Víctor Moreno para cuestionar la medida. En la misma línea se pronunció el CADUS, cuyo portavoz Távora expresó que “en procesos electorales sí, porque facilita ejercer un derecho; en órganos colegiados no, porque es deber del representante venir, debatir y votar”.

Ni tan si quiera la confección de la papeleta de voto despertó acuerdo alguno. Carlos Martínez, de la Escuela de Ingenieros, reclamó “que no se nos reproche nuestra participación si en la papeleta no hay una opción de desacuerdo”. A lo que el rector se opuso en rotundo “no quiero conocer que nos separa, sino que nos une”, argumentó.

Fotos de Lorena Lucenilla


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