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19 marzo, 2024
AndalucíaGranada

Estudiantes califican el calendario académico aprobado como una “falta de diálogo” y una decisión “antidemocrática”

El cambio de calendario académico en la Universidad de Granada, con el objetivo de ajustarse más al Plan Bolonia, y estableciendo así los exámenes de recuperación en julio y no en septiembre como se hacía hasta hace un año, sigue sumando críticas.

En este caso por parte de los estudiantes, ya que a pesar de que el pasado miércoles 5 de abril la Delegación General de Estudiantes se manifestó a favor de un calendario académico que respetara la realización de exámenes extraordinarios durante el mes de septiembre, la institución granadina podría no haber respetado la votación de los estudiantes, que se saldó con un 47,2% de los votos a favor de un calendario que estableciera las recuperaciones en septiembre y no en julio.

Sin embargo, y tal y como ha expresado el máximo órgano de representación estudiantil mediante una nota de prensa, en el borrador remitido por el Vicerrectorado de Docencia a los diferentes Centros de la UGR, “no solo se desoyen las propuestas elevadas por el estudiantado, sino que en la mayoría de los casos no se hizo llegar a las distintas Delegaciones de Centro”, expresaban. Así, han indicado que en dicho borrador “se contempla la convocatoria extraordinaria de septiembre únicamente para los estudios de posgrado, haciendo caso omiso de esta reclamación para los estudios de grado y los dobles grados, suponiendo un atraso significativo”, relataban.

Por otro lado, la DGE también considera que este calendario supone “una intensificación de la docencia para los estudiantes de nuevo acceso, dado que esta propuesta plantea un inicio del curso para ellos más tardío que para el resto de estudiantes”, alegando así que “sin un cambio previo de las Pruebas de Acceso a la Universidad el cambio de calendario no supone más que una traba para aquellos estudiantes que no tienen plaza tras la primera adjudicación provocando que, una vez se incorporen, el temario ya esté muy avanzado”, argumentaban.

También se quejan de que este cambio no sea tema de debate en el Claustro Universitario, máximo órgano de representación de la Comunidad Universitaria, puesto que en el Consejo de Gobierno, seno del debate de esta propuesta, “solo hay cabida para seis estudiantes”, lo que supone “un irrisorio 10% de la totalidad de los miembros, dejando latente una falta de diálogo y de reflexión que hace de esta una decisión no consensuada y antidemocrática”, indicaban.

Por todo ello, desde la DGE quieren que ese establezcan “mecanismos más participativos que tengan en consideración las distintas sensibilidades que componen la comunidad universitaria, como es el caso del referéndum, que desde hace meses lleva siendo una demanda por parte de diversas organizaciones estudiantiles”, reclamaban.

Así, la delegación de estudiantes granadina ha apoyado las reivindicaciones de los colectivos estudiantiles en protesta por la aprobación de esta modificación del calendario académico que ha tenido lugar esta mañana a las 11:00 horas frente al Rectorado, y que ha motivado que la reunión que mantenía Pilar Aranda, rectora de la institución, con su equipo de Gobierno no haya podido continuar en este espacio.

Solo se permite votar por julio o por cuatrimestres cerrados

Por su parte, la Coordinadora Sindical Estudiantil de Granada ha expresado a través de su cuenta en Twitter algunos de los objetivos que persiguen conseguir con respecto a este cambio de calendario. Entre ellos destaca que el primer cuatrimestre del mismo tenga una duración de 67 días lectivos, 1 semana en blanco antes de exámenes y 18 días de exámenes, con el objetivo de “poder disfrutar de las vacaciones de Navidad sin la presión de los exámenes tan cerca”, explicaban, lo que supondría que el primer cuatrimestre empezaría el 20 de septiembre y finalizaría el 12 de enero, situando el final de esta primera ronda de exámenes el 12 de febrero.

Por otro lado, el segundo cuatrimestre tendría una duración de 70 días lectivos, 1 semana en blanco antes de exámenes y 18 días de exámenes, lo que permitiría que los estudiantes pudieran empezar a trabajar desde el primer día de julio, puesto que los exámenes finalizarían el 30 de junio.

La coordinadora también ha revelado que durante la sesión de Consejo de Gobierno de esta mañana “solo se permite votar por julio o cuatrimestres cerrados”, negando la posibilidad de que los exámenes de recuperación se realicen tal y como los estudiantes claman, en septiembre y no en julio.

¿Una sesión de votación mal convocada?

No obstante, en declaraciones anteriores a este medio, Pedro Mercado, secretario General de la UGR  expresó que “la Delegación sorpresivamente y en una sesión convocada mal y a destiempo por el Coordinador de la DGE celebró votación de 17 en contra y 16 a favor, en un pleno que en teoría tiene 139 miembros”, indicando además que el proceso en los centros “ha sido mucho más participativo y con un gran trabajo en comisiones, los informes remitidos abogan claramente casi en la totalidad de los 23 centros por el cambio. Es más, el debate en los centros ha sido calendario con semestres cerrados o calendario con semestres abiertos, asumiendo que es deseable o dando por descontado el adelanto a julio o al final de cada semestre de los exámenes extraordinarios”, argumentó.

Mercado concluyó asegurando que “El equipo de  gobierno prepara en este sentido una propuesta de calendario marco en el  que puedan compatibilizarse ambos modelos respetando la idiosincrasia de  cada facultad o centro”, lo que considera “un gran avance para la universidad”.

El calendario ya ha sido aprobado

La UGR ha emitido este mediodía una nota de prensa en la que informan de que durante la sesión de Consejo de Gobierno desarrollada esta mañana se ha aprobado el que será el nuevo calendario académico de la institución para el próximo curso 2017/2018. El mismo pone fin a los exámenes de septiembre y los adelanta a julio, y cada centro deberá establecer un calendario propio en función de la programación concreta de las pruebas de evaluación final previstas en sus planes de estudio, la cual deberá ser aprobada por cada Junta de Centro y comunicada al Vicerrectorado de Docencia para su verificación previa a la aprobación definitiva.

Así mismo, establece la división del curso en dos semestres de aproximadamente 18 semanas, en los que se fijan las fechas de referencia de inicio y final de las actividades lectivas. Este calendario, que abunda en el concepto de evaluación continua e incluye en cada semestre con anterioridad al comienzo de la convocatoria ordinaria un periodo sin exámenes para preparación de las pruebas finales, es el resultado de un amplio proceso de reflexión y debate de todos los colectivos que componen la comunidad universitaria (profesorado, estudiantado y personal de administración y servicios) que se inició en junio de 2016.

En este marco general de actividades docentes se contemplan dos modelos básicos:

– Calendario con semestres abiertos: todas las pruebas correspondientes a la convocatoria extraordinaria de las asignaturas del primer y del segundo semestre se programarán al final del curso una vez concluidas las pruebas ordinarias del segundo semestre.

– Calendario con semestres cerrados: las pruebas correspondientes a la convocatoria extraordinaria de las asignaturas de cada semestre se programarán a continuación de las pruebas de la convocatoria ordinaria, respetando en todo caso las fechas indicadas en este calendario.

Un calendario con numerosas ventajas

Desde el punto de vista del equipo de gobierno de la UGR, el adelanto de los exámenes ofrece  ventajas académicas y administrativas. Entre las más importantes puede destacarse la mejora en el rendimiento académico de los estudiantes que este cambio puede suponer, especialmente en lo que hace referencia a la convocatoria de septiembre, en la que tradicionalmente se han registrado altas tasas de fracaso.  Entre las razones que contribuyen a esta mejora podría encontrarse el hecho de que los estudiantes pueden contar durante todo el período de preparación de los exámenes extraordinarios con la ayuda de sus profesores, o que el adelanto de los exámenes extraordinarios permite a todos los estudiantes iniciar el curso con normalidad en septiembre y evitar incorporaciones tardías. Otras áreas en las que las ventajas parecen evidentes son movilidad internacional, estudios de posgrado, procesos de matriculación, etc.

Por otra parte, los beneficios potenciales para los docentes no son menos importantes, y van desde la posibilidad de conocer el listado completo de los estudiantes de sus asignaturas desde el inicio del curso, hasta las mayores facilidades de planificación de las prácticas obligatorias o de las actividades de los másteres. Además, los profesores podrían contar con un período sin docencia que podrían dedicar a otro tipo tareas con pleno acceso a sus centros y a los diferentes servicios.


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