Eduardo Castillo se caracteriza por ser un joven granadino con una gran pasión por su barrio. Desde El Zaidin comenzó a trabajar por su ciudad a través de la vinculación con las Juventudes Socialistas hasta llegar a su actual cargo como concejal de Juventud del Ayuntamiento de Granada. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, conoce de primera mano cuáles son los problemas de los jóvenes de su ciudad, pues ha sufrido personalmente los retrasos y disgustos que plantea la política de movilidad granadina.
De su concejalía destaca el trabajo llevado a cabo para conectar el Ayuntamiento con las diversas organizaciones juveniles, siendo su principal objetivo la creación de un Consejo Municipal de la Juventud desde el que presentar un Plan donde todos estén incluidos.
Por y para Granada, Castillo trabaja de forma transversal, lidiando con los problemas que conlleva un bajo presupuesto pero sacando adelante todas las ideas que vienen de los barrios, origen de su trayectoria.
Desde Aula Magna nos sentamos con él para tratar los temas de interés de la juventud granadina
¿Cuáles fueron los motivos que llevaron a su elección como concejal?
Fue una mezcla de muchas cosas, pero creo que lo principal fue el perfil de barrio, desde el cual he estado vinculado al asociacionismo granadino, así como ser joven y universitario. La edad no es en si importante, lo más destacable son las ganas de trabajar, pues la juventud no debe considerarse un valor en sí mismo para este cargo.
¿Cuáles son los objetivos de su área?
Buscamos ser cercanos a todos lo que se acercan a la unidad, tener un contacto directo con los jóvenes y que nos cuenten sus inquietudes e iniciativas. Ultimamente el perfil de los jóvenes se dilata, pues con los estudios es verdad que aumenta la edad de entrara a trabajar, siendo la emancipación lo que distingue a un joven de un adulto.
¿Cuál es el reto más importante al que se enfrenta como concejal?
La puesta en marcha del Consejo Municipal de la Juventud, es nuestro legado como políticos y será algo que permanecerá en el tiempo. Es un objetivo para final de legislatura, tras su creación se podrá poner en marcha el Plan joven, un plan estratégico a cuatro años con medidas en diferentes ámbitos (medioambiente, vivienda…). La idea final es que el órgano del Consejo municipal de Juventud sea el que nos proponga un Plan Joven, pues es el órgano de interlocución válido con los jóvenes.
También estamos intentando trabajar por la rehabilitación del espacio que antes se conocía como “botellódromo”. Cuando llegamos nos encontramos con el problema, era un espacio nefasto que durante 10 años ha dado problemas de insalubridad, con jóvenes bebiendo y donde se producían agresiones y comas etílicos todas las semanas. El botellódromo no ha aportado nada bueno a la ciudad de Granada, todo lo contrario. Estábamos preocupados por cómo iba a ser su cierre y que se fuera diseminando por la ciudad, pero los jóvenes nos dieron una lección de civismo y se mantienen limpias las calles.
¿Con qué espacios cuenta el Área de Juventud granadina?
Tenemos la propia Concejalía de Juventud, que tiene un espacio administrativo pero luego también contamos con el Espacio Joven, donde se atiende de forma gratuita a los jóvenes y sus colectivos. Además vamos orientándonos más al ocio y la formación en nuestros espacios multiusos. Así por ejemplo, en el Rey Chico lo dedicamos a salas de exposiciones para potenciar las obras de los jóvenes y que tengan un lugar donde expresarse.
En Granada trabajamos sobre el programa EnRédate, sobre el que se estructura toda la oferta de ocio, cultura y formación de la Concejalía. Son talleres permanentes y en muchos casos gratuitos que se dividen en dos épocas: invierno, con temas más culturales y de ocio en espacios cerrados, y verano, donde buscamos más el contacto con la naturaleza. En genarl funcionamos bajo demanda, valorando todas las sugerencias.
¿Y con cuánto presupuesto?
Actualmente la Concejalía de Juventud cuenta con un presupuesto de 360.000 euros aproximadamente. Aún así querría felicitar la gestión de los técnicos de Juventud, pues somos quienes menos presupuesto tenemos y con poquitos recursos hacemos muchas cosas. Es muy gratificante cuando con los pocos recursos se consiguen sacar proyectos adelante.
El empleo es una de las grandes preocupaciones de la juventud ¿Cómo afronta la Concejalía esta demanda de los jóvenes?
No somos el Área de empleo pero nos encargamos de dar una formación más estructurada, ofreciendo las herramientas complementarias para la búsqueda de empleo, ya sea a través de idiomas, información y perfeccionamiento de algún conocimiento concreto. Entiendo que nuestra función no es mejorar la empleabilidad si no que buscamos una formación más transversal y puntual que repercuta en ello.
Una de las iniciativas que hemos tomado en materia de empleo, junto a la Confederación de empresarios, busca unir a empresas y demandantes, llegando a ofrecer 300 plazas de trabajo. La dinámica del desempleo es un problema estructural por lo que requiere el trabajo conjunto de todas las áreas.
¿Qué medidas se toman en materia de hábitos saludables?
Tras la desaparición del botellódromo potenciamos la opción alternativa de ocio y cultura saludable ante el ocio de bebida. Buscamos que se haga un consumo responsable que no afecte a la salud de los jóvenes. Respecto al propio espacio del botellódromo queremos que sea un espacio destinado a los jóvenes pero con fines saludables, así como a los propios vecinos.
El Metro Granada ha sido una de las novedades de este curso ¿cómo se puede mejorar la movilidad de los jóvenes granadinos?
No existe la fórmula ideal, conozco en persona estos problemas y estamos trabajando en ellos. Hasta que no se pusiera en marcha el Metro no podíamos saber su repercusión si establecer nuevas medidas, eso sí estamos trabajando en el fomento de la movilidad en bicicleta.
Para finalizar ¿qué es mejor una Concejalía de juventud única o una transversal?
Ambas cosas son compatibles, una concejalía con nombre propio que sea Juventud pero seguir trabajando con todas las áreas. Las dos formas de organización son complementarias pues los problemas de los jóvenes son transversales.
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