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20 abril, 2024
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Crean un nuevo sistema para medir la respuesta emocional al ciberacoso

ciberacoso

Investigadores de las universidades de Jaén, Córdoba y Sevilla crean una nueva herramienta para conocer y medir los sentimientos y efectos emocionales de las víctimas del ciberacoso o de cualquier otro tipo de intimidación por vías telemáticas. El objetivo de este nuevo sistema es ofrecer datos y resultados que sirvan para la posterior elaboración de planes de acción destinados a reducir este tipo de violencia en los adolescentes.

Amenazas vía whatsapp, publicación de contenidos comprometidos y privados en redes sociales, difusión de rumores, robo de identidad, manipulación de vídeos… Son sólo algunas formas para el ciberacoso, cada vez más habitual en el público joven. Pero, ¿qué sienten las víctimas al respecto?, ¿vergüenza, depresión, ira, indiferencia? La nueva metodología diseñada por los expertos del Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia (UJA y UCO) y del grupo Interpersonal Aggression and Socio-Emotional Development (Sevilla) aspira a convertirse en una herramienta psicométrica para medir la reacción emocional a estos ataques.

Paz Felipe, investigadora de la UJA, explica que actualmente el ciberacoso se ha convertido en un problema de salud pública, y que hasta la fecha no había un indicador científico válido que sirviera para registrar tanto las causas como las consecuencias de este tipo de violencia, y que fuera más allá de la evidencia. En este sentido, el sistema llamado Escala de Impacto Emocional de la Cibervictimización (CVEIS por sus siglas) recoge tres factores fundamentales según el tipo de respuesta: deprimido, activo y  enojado.

Reacción emocional al ciberacoso

En el factor deprimido se encuentran sentimientos de tristeza, indefensión o soledad, entre otros. El activo recoge procesos emocionales para sentirse enérgico o atrevido, lo que podría estar relacionado con la necesidad de hacer frente de alguna manera al acoso. Por su parte, el factor enojado incluye emociones como enfadado o colérico, lo que podría desembocar en una respuesta de venganza o en la necesidad de actuar igual con otros, convirtiendo por lo tanto a la víctima en agresor.

El estudio realizado hasta la fecha ha contemplado una muestra de más de mil adolescentes andaluces, de entre 12 y 18 años, y ha reflejado que los casos más frecuentes de ciberacoso han sido los insultos y amenazas en redes sociales, aunque también se observan casos de robo de identidad en la red o de información privada, difusión y manipulación de vídeos o imágenes comprometidas, exclusión social y difusión de rumores. De esta manera el cuestionario CVEIS es una herramienta muy eficiente para conocer los componentes que están implicados gestión emocional de las víctimas. Esta información, a su vez, puede utilizarse para reforzar la empatía de los agresores u observadores del acoso, con el objeto de estimular en ellos la conciencia y solidaridad hacia las víctimas.

Paz Felipe destaca que este trabajo de investigación forma parte de los proyectos Coping with cyberbullying: analysis of strategies used and evaluation of their impact financiado por la Consejería de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía y Sexting, ciberbullying y riesgos emergentes en la red: claves para su comprensión y respuesta educativa, del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.


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