Desde el pasado miércoles y hasta hoy se ha celebrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UCO el I Congreso Internacional Ciencia y Traducción: Puentes Interdisciplinares y Difusión del Conocimiento Científico, en el que diversos expertos han reflexionado sobre el papel de la traducción en el avance del conocimiento y en el intercambio de ideas e información. Un foro organizado por el Departamento de Traducción e Interpretación de esta universidad, que ha alcanzado este curso el rango de Congreso Internacional, tras la celebración de las Jornadas Ciencia y Traducción en los últimos cuatro años.
En este contexto, Carmen Balbuena, secretaria general de la UCO y una de las presidentas del comité de este Congreso -junto a la directora del citado Departamento, Manuela Álvarez-, analiza brevemente la situación de la traducción y los traductores en España a preguntas de Aula Magna.
¿En qué situación se encuentra la traducción española en el contexto de la traducción europea?
La traducción en España aún no ocupa el lugar que le debería corresponder. Es cierto que en los últimos años se ha avanzado, y que ahora se están traduciendo muchas obras de tema técnico y de áreas como el Derecho. Sin embargo, el traductor sigue siendo en España una figura secundaria, lejos de la posición e importancia que tiene en otros países como Reino Unido y Alemania, que serían los referentes dentro del ámbito de la traducción.
¿Cuáles son las características que debe tener un buen traductor para divulgar todo tipo de obras, incluso las más cercanas al ámbito de las ciencias? Porque quizá seguimos pensando que la traducción se asocia más a las letras.
Yo siempre digo que el Grado de Traducción e Interpretación es la más técnica de todas las carreras de letras. Como características principales, en primer lugar resaltaría que el traductor debe dominar un amplio tecnolecto, en cuanto a dominio de lenguajes especializados. Lógicamente, también un dominio de las lenguas con las que trabaja, así como de las nuevas tecnologías aplicadas a la traducción. También tiene que ser un profesional riguroso con la calidad de su trabajo, y, en todo momento, debe ser un lector ávido, que lea y analice continuamente.
A su juicio, ¿de qué adolece la formación universitaria de Traducción e Interpretación que actualmente se imparte en España?
Es necesaria una mayor especialización. Actualmente, el 75% de los contenidos de los grados que imparten las universidades españolas es común -por una cuestión de reconocimiento mutuo de estos estudios-, y tan sólo hay un margen de diferenciación del 25%; al igual que ocurre en los másteres, que también siguen siendo muy parecidos. En esa línea, el Grado en la UCO es el único que, por ejemplo, tiene una asignatura dedicada a la traducción en el sector agroalimentario, para lo que también ofertamos un Título de Experto.