La lucha por la igualdad tiene un amplio recorrido en la historia de España. Una de las instituciones menos conocidas pero que más trabajó por la igualdad fue la Asociación para la Enseñanza de la Mujer. Este proyecto educativo, a imagen de la que sí fue más conocida Institución Libre de Enseñanza, coordinada por Fernando Giner de los Ríos, buscaba dotar a las mujeres de una educación que le diera acceso a mejores opciones vitales.
Esta fundación fue posible gracias al apoyo económico e intelectual de importantes pedagogos del momento, como Fernando de Castro y Pajares, unidos a personalidades de referentes como Concepción Arenal o Emilia Pardo Bazán. En este escenario comienza a configurarse una historia que busca traer la lucha de las mujeres por la educación hasta nuestros días. Un destino propio de María Montesinos cuenta la historia de una docente en pleno s.XIX que trabajaba por la educación en igualdad de las mujeres.
Dos protagonistas para una época
Un destino propio cuenta la historia de Micaela y Héctor, dos personajes del s.XIX que buscan su lugar en el mundo desde la costa cantabra. Mientras él es un reconocido indiano que acaba de regresar de Cuba con una importante fortuna ella es una joven maestra que quiere cambiar las cosas. La construcción de una escuela para los hijos (que no hijas) de los aldeanos traerá consigo el debate de la necesidad de formar a las mujeres con una educación igual que la de sus compañeros.
En pleno s.XIX el debate de la educación igualitaria comenzaba a surgir. Desde instituciones como la mencionada Asociación para la Enseñanza de la Mujer, las féminas tomaron protagonismo dando el valor para alzar la voz.
Con esta idea, la autora María Montesinos ha configurado un relato cercano y valiente sobre la importancia de la educación igualitaria. “Si en España hubiéramos tenido otro tipo de educación el progreso femenino hubiera sido mayor”, señala Montesinos. Con un importante trabajo de documentación, los referentes femeninos surgen en la historia dándoles el reconocimiento que merecían y “recreando la época y el mundo de desigualdad social y educativo” que sufrió España.
Sin el afán de escribir una historia feminista, ha sido la propia protagonista de la obra quien ha adquirido la meta de llevar al lector hasta la reivindicación educativa. Base del progreso, una educación igualitaria forma el futuro del país y crea los cimientos de Un destino propio.