Un nuevo curso académico se inicia en Andalucía y en todos los discursos de los rectores y rectoras, además de los del consejero, perdí la cuenta de cuantas veces dijeron “estamos ya en un escenario de certidumbre”, pero ¿es cierto? Si nos centramos solo en lo económico parece que sí. Aunque no en todas las universidades andaluzas, porque todavía persiste la deuda histórica de la Junta de Andalucía con algunas instituciones, el modelo de financiación no está todavía definido, la precariedad económica del Personal Docente e Investigador y del Personal de Administración y Servicios es una realidad y podría seguir enumerando factores que hacen replantearse esta afirmación. Esperemos todos que las bonificaciones de las matrículas sean un “logro estructural” y no se convierta en una “deuda estructural” de la Junta a las universidades.
Si analizamos la certidumbre interna de cada universidad no hay espacio en esta columna, por lo que dejaremos el tema para más adelante. Si todavía no están aprobados los presupuestos del 2018 no se entiende cómo hablar de certidumbre, ¿abrir las puertas de la universidad es certidumbre? ¿las tasas de reposición se están cubriendo? Certidumbre es poder realizar la matrícula y que el sistema informático no se venga abajo, que no hayan colas eternas en secretaría, que el docente esté cualificado para sus clases y que las instalaciones deportivas estén listas para fomentar el deporte entre los estudiantes. Pronto se han anticipado a decir que se ha devuelto la certidumbre, una palabra que pretende significar un conocimiento seguro.
Compartir