Llegan las navidades y las calles se llenan de luces y color. Se acumulan los planes, las visitas, las compras y cómo no, los propósitos para año nuevo. Apuntarse al gimnasio, dejar de fumar, llevar las asignaturas al día para evitar los sustos del último momento o viajar más son algunos de los propósitos más escuchados.
Para empezar con buen pie el año hay quien decide comenzar a cumplir esos deseos antes de que acabe el año para ir creando una nueva rutina. Cada vez son más habituales las celebraciones de fin de año fuera de casa. Pasar las campanadas en la Puerta del Sol se queda corto para muchos aventureros que buscan disfrutar de una entrada de año diferente.
Hay destinos para todos los bolsillos. Entre los más comunes destacan ciudades como Londres en la que se puede disfrutar de la entrada de 2018 contemplando el espectáculo de fuegos artificiales sobre el Támesis; Edimburgo tiene también una de las celebraciones de año nuevo que no se pueden dejar escapar. El Hogmanay, como lo llaman los escoceses es una celebración que dura tres días con conciertos, desfiles y baño en el río para los más valientes.
París, la ciudad del amor también ofrece un marco único para celebrar la entrada del nuevo año. Viena ofrece a los visitantes otra forma de celebrar el fin de año. Las calles del centro se llenan de puestos de comida para cenar todos como si de una gran familia se tratase antes de que suenen las campanadas y todo el mundo se ponga a bailar un vals en la plaza del ayuntamiento.
Para aquellos que a lo largo del año han hecho todo lo posible por no romper la hucha existen alternativas de cuento.
Nueva York ofrece ese fin de año que tantas veces se han visto en las películas con Times Square como epicentro de la noche.
Ser el primero en celebrar la entrada en 2018 tiene un encanto particular. Sídney realiza un espectáculo de fuegos artificiales de los más impresionantes del planeta y la imagen de la Opera House iluminada da la vuelta al mundo cada año. Para los que prefieran exprimir el 2017 Río de Janeiro es su ciudad. Brasil es de los últimos en entrar en el nuevo año y hacerlo desde sus paradisiacas playas no tiene rival.
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