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29 marzo, 2024
Entrevistas

Ricardo Moreno: “Necesitamos que la sociedad en su conjunto vea más allá de las etiquetas”

“El objetivo de esta Cátedra, cuyo carácter es nacional aunque tiene un mayor nivel de desarrollo en Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana, es fomentar e impulsar el emprendimiento entre las personas con discapacidad, desde una perspectiva inclusiva y normalizadora, aportando formación, asesoramiento y mentoring especializado, alojamiento de los proyectos de emprendimiento y tutela de los mismos”, señala Ricardo Moreno, director de la Cátedra de Investigación Fundación Konecta-URJC, en la entrevista con Aula Magna. Un proyecto (codirigida por Francisco Blanco y de la que es embajador nacional Antonio Tejada) que se puso en marcha en 2014 para “fomentar el emprendimiento entre las personas con discapacidad, gestionando su talento, aprovechando sus capacidades, desarrollando un plan de acción que permita implantar nuevas opciones de empleo”. Desde entonces se ha convertido en “referencia internacional” con unos resultados espectaculares.

AM:¿Qué objetivos persigue la Cátedra?

RM: Esta Cátedra tiene la misión de promover y facilitar el desarrollo de una educación especializada, y una cultura emprendedora dirigida a personas con discapacidad. El fin último es contribuir a la formación de profesionales cualificados, a la unión de estos y a la generación de empresas competitivas como elemento de integración laboral de este colectivo y de los profesionales que trabajan, día a día, por su inclusión sociolaboral.

Se está haciendo mucho para fomentar esa integración, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. ¿En qué se puede mejorar y en qué puede podemos mejorar también la sociedad para salvar estas barreras?

La sociedad necesita disponer de más información y formación acerca de lo que es la discapacidad realmente y lo que ésta significa, de forma que se desmitifique la imagen social percibida, se derriben prejuciios y se eliminen estereotipos. Se precisa, igualmente, la adopción de medidas legislativas y ejecutivas más específicas. No podemos olvidar que el desempleo entre las personas con discapacidad es muy superior al de las personas sin ella, como consecuencia de que las empresas de más de 50 trabajadores de nuestro país (el 85% de todas ellas) no cumplen con la legislación vigente en materia de inclusión laboral. Cuando no dispones de trabajo por cuenta ajena, intentas generarlo por tu mismo y, de esta manera, un importante porcentaje de las personas con discapacidad deciden emprender y crear sus PYMES (que, a su vez, pueden generar empleo y riqueza). Si no se aportan los recursos necesarios, si no se garantizan los mínimos deseables para poder iniciar la carrera emprendedora, el riesgo de fracaso es muy elevado con todo lo que ello implica (vuelta al desempleo, sensación de fracaso personal, pérdida de recursos, decremento de la calidad de vida…).

Cátedra de Investigación Fundación Konecta-URJC
Resultados de la Cátedra de Investigación Fundación Konecta-URJC

¿Está el resto de Europa u otros países están más avanzados que nosotros en este apartado?

En la actualidad nuestro proyecto es referencia internacional, puesto que no existen evidencias suficientes que permitan detectar experiencias similares, y recibimos muchas peticiones de información procedentes de otros países. Entre otros motivos porque nuestras acciones se desarrollan desde la perspectiva de la vida autónoma, la igualdad de oportunidades, la no discriminación y los entornos accesibles e inclusivos, de forma que no se generen espacios específicos sino que los recursos existentes sean aptos para todos los públicos, independientemente de las capacidades que presenten. No en vano, el equipo que forma parte del proyecto es parte constitutiva de la Unidad de Atención a Personas con Discapacidad de la Universidad Rey Juan Carlos, la cual se ha convertido en referencia nacional e internacional como modelo de buenas prácticas en materia de inclusión educativa y universitaria de personas con discapacidad, contando con altos índices de éxito y de excelencia profesional.

¿Qué actividades se realizan en la Cátedra y cómo es ese paso de terminar los estudios e integrarse al mundo laboral?

Realizamos acciones como las recogidas en la tabla: formación, asesoramiento, mentoring, coaching, seguimiento del proyecto y del emprendedor… Todo lo que se realiza para los emprendedores no supone coste alguno para ellos. Ofrecemos ayudas económicas, espacios accesibles para el inicio y desarrollo de la carrera emprendedora, asesoramiento psicológico y de terapia ocupacional, y procuramos generar conocimiento científico en torno a la materia. De esta manera abordamos el emprendimiento desde la orientación vocacional hasta el final del proceso. Uno de nuestros lemas es “Te enseñamos desde el principio, te acompañamos más allá del final”. Lo que se pretende es que toda aquella persona con discapacidad que quiera emprender goce de las mismas oportunidades que cualquier otro y, definitivamente, emprenda y que emprenda con éxito.

Son varios los colaboradores de la Cátedra, jugando un papel relevante el Vivero de empresa de Móstoles y Vicálvaro. ¿Cómo es la relación con ellos?

La relación con ellos es excelente y fundamental. Sin los viveros de empresa, que forman parte del ecosistema emprendedor, no sería posible hablar de emprendimiento inclusivo. Por ello se suscribió el convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Madrid, a través del a Dirección General de emprendimiento y comercio, de forma que pudiéramos contar con los dispositivos públicos dirigidos al emprendimiento y con la red de viveros de empresa de Madrid que, en la actualidad, son colaboradores directos de la Cátedra.

¿Cree que pronto se llegará a una integración del cien por cien, sencilla y sin obstáculos?

Lo espero, pero no lo creo. Queda mucho trabajo por hacer y mucha actitud por cambiar. Las primeras las actitudes sociales que deben abandonar la percepción paternalista y sobreprotectora de la persona con discapacidad. La segunda las del empresario que percibe al trabajador con discapacidad como “discapacidad” y no como “trabajador”. Necesitamos que la sociedad en su conjunto vea más allá de las etiquetas, que abandone los estereotipos, y que fije su atención en las capacidades del profesional que no son ni más ni menos, sino diferentes. Por ello es tan importante el abandono del concepto de minusvalía. No solo porque sea un concepto erróneo, obsoleto y descontextualizado, sino porque alude al “valor”, a la “valía”, cuando en realidad lo que puede suponer una mayor cantidad de limitaciones es el contexto y no los factores personales.


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