El premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, puso ayer el broche final al curso La ciudad como arquetipo, organizado por el Aula María Zambrano de Estudios Trasatlánticos y la Cátedra Vargas Llosa, celebrado en la Universidad de Málaga.
En un salón de actos repleto de alumnos, casi un centenar inscritos en el curso, el autor de La ciudad de los perros estuvo acompañado por el crítico literario Juan Manuel Bonet y la directora del curso y catedrática de Literatura Hispanoamericana, Guadalupe Fernández. Entre los asistentes destacaron numerosas autoridades académicas y civiles de la ciudad, como el alcalde Francisco de la Torre, quien tuvo palabras de agradecimiento y sostuvo la necesidad de “hacer de Málaga una ciudad dentro del espacio literario”.
El curso en el que se ha inscrito la charla de Vargas Llosa comenzó el pasado 17 de septiembre, acogiendo a numerosos especialistas en literatura, arte y desarrollo urbano. El objetivo de este encuentro buscaba presentar la importancia que juegan las ciudades en el imaginario creativo de los artistas, protagonizando sus obras y construyendo la propia identidad del espacio urbano.
En su ponencia, titulada “La ciudad en la literatura y el arte”, Vargas Llosa aprovechó para hacer un repaso sobre las principales ciudades que han sido presentadas a través de la literatura. Centrándose en el ejemplo de París, Vargas Llosa y Bonet expusieron las mejores obras y autores que han hecho de esta ciudad una leyenda en el arte. De este modo, el premio Nobel recalcó la importancia de la literatura en la arquitectura y configuración de las ciudades, señalando que
“mientras que no exista una literatura sobre ellas, las ciudades son tristes y pasajeras”
Tras esta última, el rector de la Universidad de Málaga, José Ángel Narváez, procedió a la clausura del curso. Acompañado por el alcalde, la directora del curso y los ponentes, Narváez expuso la relación del discurso ético de la ciudad presentado durante el curso con la función ética que la universidad mantiene en la ciudadanía. Así, haciendo referencia a los últimos casos de manipulación de títulos académicos el rector aprovechó para señalar que “en la universidad no vendemos títulos sino que emitimos documentos que certifican el conocimiento”, poniendo punto final a la jornada recalcando la necesidad de que “la universidad es también ciudad” siendo función de todos “crear un progreso ético”.
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