Si bien es cierto que los cambios legislativos nunca se hacen a gusto de todos, esta última ley de educación no contenta a nadie. Conocida ya como la ley que unió a toda la comunidad educativa contra el Gobierno, La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) ha puesto en contra a estudiantes, profesores, asociaciones de padres y madres hasta el personal de administración.
Desde su presentación en 2012 han sido muchas las reivindicaciones y protestas que se han llevado acabo, llegando a dar nombre a movilizaciones periódicas como son las de la marea verde. Actualmente estas protestas pierden fuelle, pues la cercanía de la aplicación normativa más que enaltecerlas parece que las hace decaer. Así, los pasados 13 y 14 de abril los estudiantes universitarios convocados a la huelga decidieron en su mayoría no secundarla, ya sea por falta de interés o por que la organización de la misma no animaba a ello. Desde Sevilla los colectivos de alumnos, uno de los más reivindicativos de toda Andalucía, no salieron a la calle. La semana de Feria hacía inútil un paro académico cuando de por sí no había clases. En Málaga las asociaciones informaron de la huelga y llevaron a cabo acciones como encierros y protestas, pero la realidad presenta un escaso seguimiento desde las aulas universitarias. Desde Almería, los representantes de la UAL ni siquiera convocaron a los alumnos de los estudios superiores.
Parece que desde la Universidad cada vez se pierde más el fuelle de los estudiantes, que retoman por su parte rectores y docentes. Ahora es la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) la que se moviliza ante la ley. De esta manera, los máximos cargos de las instituciones académicas españolas han reclamado al Ministerio de Educación la demora de la entrada en vigor de muchas de propuestas de la norma, como la nueva Selectividad. La falta de información y el desconcierto de la comunidad universitaria se torna alarmante con la cercanía de la aplicación de esta medida, pues para el curso 2016/2017 se debe ejecutar y todavía no se sabe cómo. La petición de la CRUE, que ha sido rechazada por el ministro en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, volvió a presentarse por parte de la propia Junta de Andalucía. Así, el portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, informó el pasado 12 de abril de que llevaría la ley a debate en el Senado, con vistas a que la Comisión General de las Comunidades Autónomas diera el respaldo a su postura y pidera la suspensión de la LOMCE.
Por parte de las instituciones preocupa principalmente cómo realizar la nueva Selectividad, mientras los alumnos atacan el modelo de 3+2, y el sistema de becas propuesto. Una escalada a contracorriente cuyo resultado no se ve claro, pues el tiempo juega en contra de la comunidad educativa con un calendario de aplicación que solo un nuevo Gobierno podría paralizar. :
Junto a estos últimos han sido muchos los cambios que la Educación española ha sufrido en los últimos años, todos ellos sin consenso entre los propios afectados. Con la posible llegada de nuevas elecciones se reclama un debate que, de una vez por todas, escuche a todas las partes, para que los partidos políticos aspirantes al poder acuerden una postura unida en la creación de una nueva norma. La búsqueda del consenso debería ser el compromiso de todos, tanto de universitarios como de políticos, pues el futuro de la sociedad se debe a ello.
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