Clara Peñalver es una escritora que ha llevado a cientos de lectores a pasar las noches en vela siguiendo las aventuras policiacas de Ada Levy, una detective humana que no teme enfrentarse a la muerte. Durante la tercera novela La fractura del reloj de arena se puede seguir una investigación que presenta los lugares menos conocidos de los cementerios, la tanatoestética o el enfrentamiento a problemas sociales como el suicidio o el cáncer. Toda una secuencia de sensaciones descritas por la autora que en 2010 recibiera el Premio del Festival Imagina Málaga.
De presencia tranquila y agradable, esta joven sevillana esconde dentro de sí al que al principio fue su alter ego para poco a poco convertirse en un personaje independiente, pues tal y como expresa ante Aula Magna, se trata de “un personaje que nació para hacerme crecer como autora”.
“Mis personajes son ‘frankesteins’, construcciones de varias personas que conozco o actitudes que me gusta incorporar”. De su obra, esta escritora admite que solo hay un personaje casi al 100% igual a alguien que ha pasado por su vida, el jefe de Ada Levy, Enrico, quien responde a las características de su antiguo jefe. Con un carácter fanfarrón pero protector al que le gusta de “dar caña”, Enrico es el personaje al que más cariño guarda esta escritora, siempre por detrás de la propia Ada. “Es alguien al que me gustaría conocer”, pues ha llegado a ser una constante en sus obras, un personaje con mucho carácter que sirve de apoyo y acompañante para los protagonistas, que “a lo mejor incluso algún día tendrá su propia novela”.
Empatizar con el personaje es una forma de alcanzar a las musas y empezar a escribir. Así, Peñalver incluye sus propias vivencias a sus protagonistas, como el amor a las motos o el caracter afable que la presenta. “La relación de amor que tengo con mi moto, lo que se lee en los libros es genuinamente mío” subraya esta autora. La forma de crear personajes que se puede distinguir en la narrativa de Clara Peñalver es una adaptación de la teoría DISC, de William Marston, que busca asociar color a distintas formas de comportamiento. Así el rojo que es el dominante, el azul que es el ordenado, o el verde que es el cercano. Esos perfiles acaban dando cuatro tipos para construir personajes de forma realista. A esto suma una visión de los tres sistemas representacionales, auditivo, visual y kinestésico enriqueciendo los textos con el lenguaje. Todo ellos en de conectar con una mayor cantidad de lectores.
Siguiendo la línea de construcción narrativa, Clara Peñalver es conocida por la fórmula de la ‘Habitación sellada’ un proceso creativo que ha llegado incluso a inculcar en sus personajes. , “El método Habitación sellada es mi propio método para trabajar, imaginativamente es como trabajar con cajones estancos, cuando me siento con una novela nueva voy organizando en función de esas paredes y el techo”. En la saga detectivesca, Ada Levy acaba disponiendo de su propio cubículo, en el que incluso necesita dormir y descansar, lo cual compone su propio proceso de obsesión. Es este proceso de introspección el que describe el método de escritura, el cual Peñalver reconoce no haberse dado cuenta de habérselo dado a su personaje hasta un análisis posterior de la obra.
Aun así, Clara Peñalver considera que no solo escribe novela negra, pues esta “al final es un cajón de sastre donde lo importante son los personajes. Trato muchos temas diferentes, desde viajes, hasta temas personales u otros temas de actualidad”. Con la tercera parte de las aventuras de Levy, Peñalver busca “demostrarme a mí misma si podía experimentar a nivel narrativo” en la línea de otro autor fetiche, Haruki Murakami. “Este tipo de autor me llevó a plantearme que, aunque las novelas de Ada están escritas en primera persona no tengo por qué respetar siempre esa primera persona, puedo jugar con la narración siendo fiel a la novela”.
Actualmente, Clara Peñalver trabaja en la televisión a cargo del programa La mitad invisible, del cual señala “me siento profundamente orgullosa de presentar un programa que cuida la cultura”. Un área que parece no estar lo suficiente protegida en la televisión, y de la que la autora expone que “empezaría a cuidarla en los colegios, enseñando a respetar a la cultura, si nuestra sociedad cuidase la cultura habría más programas enfocados a ella, y estarían en horarios en los que la gente los pudiera ver”.
Ada Levy descansará un par de años, hasta el momento en el que su autora vuelva a necesitarla para estudiar su propia narrativa. Una saga unida a la vida de Clara, que por qué no, podría llevarnos a ver cómo es el día a día de una detective jubilada, sin escuchar todas esas voces “que dicen que la escritura es una forma de vida imposible”.