La población de adultos jóvenes (18-25 años) es un sector de población con elevado riesgo para el desarrollo de trastornos emocionales y conductas dañinas para la salud, como son las adicciones. Los trastornos de salud mental y los consumos se producen en mayor medida en estas edades, lo que justifica la inversión y esfuerzos realizados para identificar los motivos.
La COVID-19 ha supuesto una situación sin precedentes, en la que se ha tenido que afrontar situaciones de restricción social y máxima incertidumbre. Distintos organismos y asociaciones en España han resaltado la escasa atención psicológica ofrecida a la población general, y los programas preventivos hacia los más jóvenes se han reducido o interrumpido debido a la pandemia. El tiempo y uso del ocio de la población ha variado sustancialmente durante este último año, especialmente entre los más jóvenes.
Diversos estudios internacionales han confirmado que los trastornos emocionales han sufrido un incremento considerable. Sin embargo, debido a las medidas restrictivas asociadas al confinamiento, el consumo de sustancias se ha reducido (algo que resulta explicable por factores como la escasa disponibilidad y accesibilidad a las drogas). En sentido contrario, distintos estudios han alertado de un incremento en el uso excesivo de internet e implicación en videojuegos.
Por otra parte, en los últimos meses, diferentes comunidades han relajado el nivel de restricción de sus medidas preventivas contra la COVID. Así, es posible invertir más tiempo en un entorno social donde la accesibilidad y disponibilidad de las conductas adictivas vuelve a ser muy similar a la que teníamos antes. Esta “reapertura” o vuelta a la nueva “normalidad” supone de nuevo un contexto sin precedentes, y representa una buena oportunidad para investigar los “costes psicológicos” de la pandemia entre los más jóvenes, algo determinante para desplegar toda una serie de medidas preventivas y de intervención en este sector.
El proyecto de investigación que se presenta se enmarca en este contexto y resulta novedoso por distintas razones. Concretamente pretende incorporar indicadores sociodemográficos, de salud mental y contextuales para comprender el inicio y la transición del consumo de sustancias y de otras conductas adictivas, con especial atención al tabaco, alcohol, cannabis, uso de videojuegos y juego de apuestas en jóvenes adultos universitarios (18-25 años). La novedad de la propuesta está relacionada con el estudio de medidas transdiagnósticas como la regulación emocional y la impulsividad.
Participa en el estudio las adicciones en jóvenes adultos
Hasta la fecha, la mayor parte de los estudios se ha centrado en la población adolescente menor de edad. Sin embargo, el sector de la población indicado ha sido descuidado en nuestro país y especialmente en situación de pandemia. Por ello, resulta imprescindible conocer el estado de salud mental y la gravedad de la adicción entre el colectivo más joven.
El proyecto invita a participar a personas jóvenes mayores de edad implicadas o no en conductas adictivas. El único requisito es ser mayor de edad y estar en el primero o segundo año de grado en la Universidad de Zaragoza, Universidad de las Islas Baleares o la Universidad de Oviedo. La implicación de todos los estudiantes es vital para conocer su estado psicológico y que los profesionales sanitarios puedan prever las necesidades preventivas y de intervención que precisan y movilizar los recursos necesarios.
La muestra prevista es de al menos 1.500 participantes de centros universitarios de las tres universidades. La evaluación se realizará a través de una aplicación online que se puede acceder mediante este enlace metajovenes.es. Asimismo, la web metajovenes.com incluye una mayor información sobre el proyecto. Durante los años 2021-2023, los participantes deberán responder un total de 5 veces a la encuesta (cada cinco meses aproximadamente). Tras completar cada una de ellas, entrarán automáticamente en un sorteo de un bono de 100 euros.