El comportamiento de las abejas y sus formas de comunicación y relación podrían ser cruciales de cara a poner fin a determinadas redes sociales peligrosas, ya sean criminales o terroristas. Así se puede extraer de un estudio que han realizado diversos investigadores de la Universidad de Granada, gracias al cual han desarrollado un algoritmo bioinspirado en el comportamiento social e inteligente de las colonias de abejas, que permitiría desmantelar estas redes, ya sean físicas o virtuales, de forma óptima.
Las abejas forman sociedades muy bien organizadas, en las que cada integrante adquiere un papel específico, tal y como aseguró Manuel Lozano Márquez, uno de los investigadores del departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la UGR. Entre los distintos roles se establecen procesos de comunicación e intercambio de datos que hacen que el rendimiento global de la colonia sea muy rentable, es decir, cualquier miembro de la misma es imprescindible y aporta algo a la colmena, y precisamente basado en este comportamiento colectivo es que los investigadores de la institución granadina han desarrollado el mencionado algoritmo.
El mismo detecta e identifica de manera automática cuáles son los actores o nodos más peligrosos dentro de una determinada red social y las relaciones de densa interconexión entre ellos, sin decantarse por desfragmentar una red identificando únicamente a sus actores principales y actuando sobre ellos, tal y como realiza el método clásico de desmantelamiento, el cual no garantiza que la red resultante esté totalmente desprovista de poder organizativo y de reconstrucción para seguir produciendo daño.
Así pues, los científicos han simulado el comportamiento natural de las abejas por medio de abejas artificiales, concluyendo que la técnica propuesta mejora significativamente la estrategia clásica de ataque y desmantelamiento, lo que podría ayudar a los responsables de seguridad a decidir y actuar de la forma más eficiente posible, desmantelando cualquier tipo de red social, como las vinculadas al crimen organizado o al terrorismo de corte yihadista, entre otras, de forma rápida y eficaz. Este algoritmo también podría aplicarse al diseño de estrategias de vacunación capaces de contener la propagación de una epidemia pandémica, según los autores.
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Los científicos consideran que estudiar distintas situaciones y actores es la mejor forma de desarticular una red de forma efectiva, ya que muchas funcionan a partir del comportamiento colectivo, “Realmente, para conseguir la desarticulación más efectiva de una red es necesario desarrollar y poner en funcionamiento un proceso de optimización que analice multitud de situaciones y seleccione la mejor opción en el menor tiempo posible. Algo similar a lo que hace un programa de ajedrez al identificar, predecir y comprobar los posibles pasos o caminos que se pueden producir en una partida de ajedrez a partir de un movimiento y momento dado”, explica otro de los autores del trabajo, Humberto Trujillo Mendoza, del departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la UGR.
Otros estudios
En la actualidad, este grupo de investigación trabaja en el desarrollo de otros algoritmos parecidos al descrito pero ahora para determinar los nodos de la red social con los que determinados “infiltrados” deben relacionarse, con el objetivo de incrementar la cantidad y la calidad de la información recabada para mejorar el conocimiento de las relaciones entre el resto de actores y, así, optimizar su desmantelamiento.