A veces nos empeñamos en invertir grandes cantidades de euros en productos y tratamientos que mejoren el aspecto de nuestra piel, cuando en realidad tenemos al alcance de la mano las mejores herramientas para combatir el envejecimiento Y es que con la primavera a la vuelta de la esquina llegarán a nuestros mercados un amplio abanico de verduras y piezas de fruta de temporada, que bien elegidas, pueden ayudarnos a prevenir el envejecimiento prematuro.
La clave está en los antioxidantes, así nos lo explica Merichel Plaza del Moral, investigadora del Área de Química Analítica de la UAH: “las células de la piel crean muchos radicales libres debido a la radiación solar, a la mala alimentación, al estrés o la contaminación. Así los antioxidantes presentes en los alimentos, pero sobre todo en plantas y frutas, los reducen previniendo el envejecimiento. Además, los antioxidantes evitan que se oxiden las fibras de colágeno y elastina existentes en la piel y tienen un efecto antinflamatorio”.
Por ello, y a veces sin pararnos a pensar en los beneficios que nos aportan, “cuando nos comemos una naranja, un racimo de uvas o una manzana, estamos proporcionando a nuestro organismo el arma necesaria para combatir estos radicales libres, estas moléculas con electrones desapareados que ‘roban’ a otras moléculas los suyos para estabilizarse, provocando la oxidación de la molécula que ha sido objeto del ‘robo’ y una reacción en cadena», explica Plaza.
Qué alimentos le sientan mejor a la piel
Para conseguir añadir a nuestra dieta alimentos que contengan dosis importantes de antioxidantes es necesario conocer un poco más a fondo esta sustancia. Tal y como nos resume la investigadora, “los tres grupos de antioxidantes principales que se encuentran en las plantas son los polifenoles, los carotenoides y las vitaminas, sobre todo la C y la E” y podemos guiarnos por sus tonalidades para identificarlos. “Normalmente el color de la fruta advierte del antioxidante que contiene: frutos rojos, lombarda, remolacha o cebolla roja tienen antocianos, (grupo de polifelones); la cebolla, la manzana, la pera o la moringa son amarillos y tienen flavonoles (grupo de polifenoles); el rojo del tomate, la zanahoria o la rosa mosqueta tienen carotenoides. La vitamina C está en los cítricos y la E en el aguacate, en las almendras, etc…”.
Una vez identificados y añadidos a nuestra dieta , la siguiente pregunta es clara: ¿es suficiente con esto? La respuesta de Merichel Plaza no deja lugar a dudas: “una dieta equilibrada, ejercicio y complementar con una crema con antioxidantes es la mejor receta para prevenir el envejecimiento prematuro”.
Los avances en este sentido son constantes y el abanico de cremas en el mercado infinito. “En los últimos tiempos triunfan, por encima del resto, cremas de rosa mosqueta, cremas con extractos de uva y cremas de algas. Todas ellas muy ricas en polifenoles y vitaminas. Y, en ascenso, se encuentra la última revelación: las cremas con moringa, un árbol africano cuyas hojas ya engrosan la lista de los súper alimentos más codiciados”, afirma.
Es precisamente en este área donde está focalizando su atención el grupo de Técnicas de (micro)-separación de la UAH donde Merichel Plaza trabaja. «Queremos extraer compuestos antioxidantes de subproductos y residuos de la industria alimentaria. Por ejemplo, de empresas que se dedican a la producción de zumos y que generan alta cantidad de desperdicios. Estos subproductos normalmente se emplean como compost, para alimentación animal o para generar energía, entre otros». El objetivo es obtener de los residuos, compuestos de alto valor añadido como son los antioxidantes. Tal y como explica para Aula Magna: » estos antioxidantes se podrán emplear en las industrias alimentarias, de cosmética y farmacéuticas. Además, para la extracción utilizamos técnicas de extracción avanzadas medioambientalmente sostenibles, con lo cual el subproducto después de la extracción aún se puede utilizar como compost, para la alimentación animal o para generar energía».