La apertura oficial andaluza se celebró el pasado jueves 29 de septiembre en la Universidad de Huelva con la destacable ausencia de Susana Díaz, quien “por los motivos extraordinarios” que estos días afectan a su partido político no presentó el acto ni ofreció el tradicional discurso de apertura. En su nombre, Antonio Ramírez de Arellano volvió a pronunciar la disertación que viene repitiendo en el resto de aperturas universitarias.
Arellano presentó sus impresiones sobre el nuevo curso tras el nombramiento de nuevos doctores y la tradicional lectura de la Memoria Académica. Disculpando la ausencia de Díaz, el consejero andaluz comenzó su intervención recalcando la importancia social de la propia Universidad de Huelva, la cual “fue creada por clamor popular de la ciudadanía onubense”. Ramírez de Arellano hizo especial hincapié en la cohesión existente entre las Universidades Públicas de Andalucía y la junta de Andalucía, exponiendo que a Susana Díaz “no se le ocurriría imponer su gestión sino que trabaja en colaboración“, haciendo clara referencia a las disputas sobre la LOMCE de los colectivos educativos. En esta línea de cohesión política en materia de educación, el consejero destacó la “responsabilidad de las universidades con sus títulos” como forma de “hacer viable al sistema” sin que se creara una “barra libre de títulos”. Todo ello en un discurso que le correspondía a la presidenta de la Junta, pues este es el principal acto en el cual están presentes los máximos representantes de ambas instituciones.
Sobre la ausencia de Díaz expresó su opinión el delegado de Estudiantes de la Universidad de Huelva (CARUH), Daniel Eugenio Rodríguez, manifestando que:
“es un punto en contra pero tal y como esta la situación política era esperable que no asistiera aunque la verdad ha sido un golpe”.
Rodríguez expuso que la asistencia de Susana Díaz hubiera sido una oportunidad para “que se le diera más publicidad a la UHU, que es una universidad que poco a poco va creciendo y cada vez va encontrando su espacio en el sistema público andaluz de universidades”.
Las críticas al Gobierno central prosiguieron en la intervención del consejero andaluz, quien recalcó la inseguridad jurídica de la Selectividad, que en Andalucía se “continuará salvaguardando gracias al Distrito Único Andaluz”. Este espacio de convivencia política se refuerza con un acuerdo de Tesorería que busca dar seguridad a las universidades sobre sus presupuestos. Como en cada apertura, Arellano presentó los restos para el nuevo curso, entre los que destaca la puesta en marcha del nuevo Plan Andaluz de Investigación (PAIDI 2020), que movilizará 170 millones en los próximos seis meses para convocatorias como becas Talentia, programas pre y postdoctorales, financiación de infraestructuras y proyectos de excelencia. En palabras del consejero, “el nuevo PAIDI verá la luz en octubre”, aseveración que ya han puesto en duda algunos rectores en sus discursos.
Sobre el modelo de financiación, Arellano presentó las propuestas de Susana Díaz sobre una Universidad “accesible” a la que “se le deje evolucionar con los retos que le pongan las sociedades”. Así, el consejero recalcó el apoyo presupuestario de la junta de Andalucía con sus sistema Público de Universidades, al cual ya había transferido más de 15,000 millones de euros desde el anterior modelo. Es en este sentido como Arellano quiso subrayar la funcionalidad del modelo de financiación de 2007, el cual no es un modelo negativo sino que “los cambios sociales derivados de la crisis hacen que necesite actualizarse”.
La ausencia de Susana Díaz quiso enmascararse bajo las palabras de su consejero sobre el apoyo y voluntad de la presidenta en “poner a las universidades en el centro del debate útil“, siendo la figura del propio consejero un ejemplo de ello “al nombrar a un rector como miembro del equipo de Gobierno”.
Ante las palabras de Arellano, su sucesor al frente de la Hispalense, Miguel Ángel Castro, expuso que “es un discurso comprometido en el que expresa un conjunto de actuaciones que se deben de llevar de manera inminente en este curso académico y de que proceder significará unos avances sustanciales en el desarrollo de las Universidades Públicas andaluzas”. Por su parte, José Carlos Gómez Villamandos, rector de la Universidad de Córdoba, señaló su confianza “en lo que es futuro, el modelo de financiación. Un modelo que atienda a cada singularidad de cada universidad y lo que nos gustaría desde luego es que ese modelo de financiación no supusiera una incidencia en la autonomía universitaria”
En defensa del sistema andaluz
Pasando de largo las carestía y progresos de su propia institución, Francisco Ruiz realizó una “memoria académica” con todas las cifras y retos cumplidos por el Gobierno andaluz en materia de universidad. Con el mismo sentido comparativo que ha caracterizado los discursos de Arellano, el rector onubense expuso la ausencia de políticas nacionales en materia de I+D+I , así como en becas y ayudas sociales. Ruiz subrayó la cifra de 168 millones de euros presupuestados para las ayudas sociales en Andalucía, mostrando el apoyo que la Junta tiene con sus estudiantes.
El final del discurso sirvió al rector para presentar su “carta a los Reyes” con un total de catorce peticiones a nivel nacional y autonómico en materia de educación. A nivel nacional, Ruiz solicitó de forma directa la completa derogación de la LOMCE, reclamando un Pacto general por la educación Superior que “no esté a merced de la ideología política” y que se presentase “acompañado de una planificación estratégica para al menos 20 años”.
Sobre las palabras de Ruiz, su homólogo en la Universidad Pablo de Olavide, Vicente Guzmán, recalcó como ” resumen completamente la radiografía del sistema andaluz de su potencialidades y virtudes, y también de sus necesidades”. La única crítica al mismo que quiso señalar Guzmán fue que
“hubiera sido también deseable volver a insistir es en el anterior modelo de financiación y en las desigualdades que ha generado en financiación por los parámetros e aplicación con la crisis y que eso ha resultado como siempre en una financiación desigual para unas universidades en función del tamaño ye se dato quizás es el que ha quedado un poco más oscurecido, pero por lo demás ha sido perfecto”
Idiomas antes de llegar a la Universidad
Como principal novedad del acto destacó una petición formal que, dentro del discurso, Francisco Ruiz formuló al consejero de Economía y Conocimiento. Entre las peticiones a nivel autonómico, el rector de la UHU solicitó las comunes demandas entre los dirigentes universitarios, como el pago de la deuda, el modelo de financiación o la activación del PAIDI. Sin embargo, tanto los homólogos de Ruiz como los presentes en el acto de apertura mostraron especial interés en la solicitud del rector por cambiar las competencias del B1 de la Consejería de Economía y Conocimiento a la Consejería de Educación. Con esta petición, Ruiz quería subrayar la necesidad de que los estudiantes ya accedieran a la universidad con los niveles de idiomas adquiridos, pudiéndose beneficiar de las ayudas económicas que la Junta dispone para los universitarios.
Sobre la propuesta, la mayoría de rectores andaluces mostró su acuerdo, así el rector de la Universidad de Sevilla recordó la similitud con su discurso, donde había señalado “que era en la PAU donde se debe resolver esta cuestión y no por tanto dentro de los estudios de Grado, porque no es ahí donde se estudian las lenguas ni están en las memorias de verificación de los títulos”. En esta línea Miguel Ángel Castro recalcó como “hay que darle una salida que puede ser esa o la que yo propongo, buscando el bien de los ciudadanos, para que estén acreditados lingüísticamente deben hacerse las cosas de la manera más sensata posible”.
José Carlos Gómez Villamandos, el rector de la UCO, expuso lo acertado de la propuesta, señalando que “creo que los estudiantes de Bachillerato, con la formación que reciben en la ESO y el propio Bachillerato, perfectamente podrían acceder a la Universidad con el B1 y de esa forma las Universidades podríamos subir el nivel a un B2“. Por su parte, Juan Gómez, rector de la UJA, mostró sus reticencias sosteniendo que “habría que ver los detalles de si es mejor el cambio de consejería, de todas maneras es solo una propuesta que el rector ha hecho, y habría que desarrollarla un poco más antes para ver donde conduce”.