La Universidad de Málaga organizó ayer, 9 de noviembre, su segunda cita de la XV Asamblea Nacional de Decanos y Decanas y Directores y Directoras de Ciencias de la Educación en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias de la Educación. La asamblea, que ha tenido una duración de tres días, finalizará hoy 10 de noviembre con la intervención de la Asociación Nacional de Estudiantes de Ciencias de la Educación y con un acto de clausura.
El encuentro ha contado con la presencia de Cristina Sordo González, graduada en Educación Infantil y educadora en el centro de educación infantil ‘The Green Ray’, egresada de la UMA; Yolanda Neira Gómez, graduada en Primaria y directora del CRA Boqueixón-Vedra ‘Neira Vilas’; Aizpea Barros Garmendia, graduada en Pedagogía en la Universidad del País Vasco y encargada del desarrollo de proyectos de comunicación externa e innovación en Gureak; y Carmen Pilar Cecilia Muñoz, graduada en Educación Social en la UMA. La charla fue coordinada por Carmen Fernández Morantes y José Ignacio Marko Juanikorena.
Durante la mesa redonda, denominada De la re-acreditación al cambio: Cuestiones pendientes para consolidar los títulos de grado, las ponentes debatieron en torno a tres cuestiones fundamentales en las que decanos y decanas de las diferentes universidades españolas han sido partícipes. En primer lugar, se ha invitado a que expliquen su experiencia y paso por las universidad, relatando las carencias que encontraron cuando estudiaban y cómo ha sido la evolución de las facultades de educación. En una segunda etapa, narraron cual consideraban que era la visión que los centros de formación y las universidades tienen tanto de los profesores como de los alumnos para, finalmente, proponer soluciones y peticiones a dichas insuficiencias que no han sido solventadas. De esta forma, se han acercado un poco más a la educación del futuro, en la que universidades y centros educativos trabajan en equipo en beneficio de la sociedad.
Mirada retrospectiva a las universidades del pasado
Para Aizpea Barros, su paso por la universidad fue el momento en el que descubrió su “etapa de activismo social”. La docente recuerda que, cuando estudiaba, “todo iba enfocado a ser directores de centros educativos”, algo que ella no se planteaba ni le generaba motivación. Una postura no compartida con muchos de sus compañeros, ante los que reivindicó la necesidad de “salir de las cuatro paredes del aula, para entender que la pedagogía no se da únicamente en los centros educativos”.
La flexibilidad de los estudios de Magisterio fue el tema común más debatido en la segunda jornada de la Asamblea Nacional de Decanos y Decanas, señalando la importancia de hacer del aula un espacio de trabajo más allá de la toma de apuntes, sacando provecho a los diferentes elementos y conectando de forma personal entre estudiantes y profesores.
Soluciones a las carencias educativas en la Asamblea Nacional de Decanos
Tras esta jornada, han sido muchas las propuestas e ideas para la educación del futuro. Desde crear “un periódico interno en el que se pueda publicar los trabajos” a “insistir y buscar nuevas herramientas educativas, sin esperar que los centros vayan a pedir ayuda”. Los ponentes recalcaron que las universidades deben transformarse en espacios abiertos, subrayando la necesidad de ponerse en la piel de los alumnos y a volver a los pupitres. Seguidamente, también se llegó a la conclusión de que hay que “analizar lo que se hace en los centros educativos, para mejorar los grados con conocimientos prácticos”.
En las intervenciones finales, se destacó la opción de poder crear un itinerario de formación personalizado, buscando el tipo de profesional al que cada docente aspira. De esta forma, tal y como se concluyó en la Asamblea, se ayudaría a los alumnos a que ellos mismos creasen su propio futuro, adecuando su formación en función de sus objetivos y convirtiendo la universidad un lugar en el que descubrir su propio camino laboral, tal y como declaró.
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