Estos últimos meses han sido muchos los agradecimientos dados a los sanitarios de nuestro país. Héroes que han trabajado sin descanso para salvar las vidas afectadas por la COVID19. Desde nuestra sección de opinión hemos dado espacio a un agradecimiento más, una vida que sigue latiendo gracias a los profesionales de nuestra salud pública.
Por Gustavo A. De la Iglesia
Encontrar palabras de agradecimiento difícil me resulta. En estado crítico, el pasado 28 de enero al Hospital Regional Universitario de Málaga por un derrame cerebral ingresé, trasladado con premura desde el servicio de Urgencias del Hospital Costa del Sol de Marbella. Esta situación, el Equipo de Neurocirugía junto al Equipo de Enfermería de la planta 4ª derecha magníficamente manejar supo en todo momento, con especial mención al Dr. Miguel Segura. Sin olvidar a todos los Celadores, personal de Limpieza, Cocina y Seguridad que de una manera u otra, y sin cesar, por mi velaron. Todos mostraron una magnífica labor completa profesionalidad y una gran labor humana mostrando comprensión y desprendiendo cariño necesario a la situación.
Error no sería si dijera que ME SALVASTEIS LA VIDA. Siete meses después, en casa estoy, autónomo e independiente soy y con un excelente estado anímico. Cuánto le debo al personal que me cuidó y atendió a mi madre en todo momento. Por cierto, Madre, bonita palabra, allí estuvo ella luchando codo con codo y nunca se separó de mí. También, Gracias a ti, Mamá.
Mi conducta, comportamiento y modales, bien por los efectos de los medicamentos o bien fruto de la desesperación, o ambos motivos, admito que no fueron correctos. Esta ocasión aprovecho de corazón para disculpas pedir a todo el personal que ofendido se haya podido sentir.
Para finalizar, valoro la importancia de la humanización y el trato cercano necesario que percibí día tras día. Esta experiencia me hace negar rotundamente la corriente de falta de humanismo médico. La gran labor de todo este personal para mi supone una alegría infinita. Os animo a seguir trabajando desbordando esa inestimable calidad humana.