La presencia de las mujeres en la ciencia e investigación continúa llenando salas de debate estos días para mostrar que el cerebro y las capacidades para lograr el éxito no se dividen en rosa y azul. Tras la celebración del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la consejera de Educación, Adelaida de la Calle, ha sido la encargada de presidir esta mañana la mesa redonda Científicas ¿por qué no? El espacio de divulgación malagueño Principia ha sido el lugar elegido para que una treintena de estudiantes de Bachillerato pudieran conocer la trayectoria de las mujeres en la investigación y su difícil acceso a la universidad. Para ello, la consejera ha estado acompañada de relevantes figuras de la investigación como son Rosario Moreno, jefa del Servicio de publicaciones y divulgación de la UMA; Teresa Cruz, directora de la Fundación DesQbre; Cristina Urdiales, investigadora del departamento de Tecnología Electrónica de la UMA y Carmen Guerra, del propio Centro Principia.
Ante los medios de comunicación, la consejera de Educación expuso su experiencia como mujer científica. Adelaida de la Calle, catedrática en Biología Celular subrayó que “no existen cerebros rosas, todos son iguales. Hay que dedicarse a la ciencia con el máximo rendimiento y aprecio al conocimiento”. En esta línea, la consejera expuso la necesidad de fomentar la presencia femenina en los cargos académicos, trabajando por eliminar el conocido como “efecto tijera”, que se traduce en la existencia de más cargos masculinos cuando hay mayor número de féminas que acceden al doctorado.
La solución para incentivar el número de mujeres en la ciencia pasa por la educación. Con estas palabras Adelaida de la Calle insistió en que “hay que avanzar en el ámbito de igualdad de oportunidades a través de la educación en niños de 3 a 6 años, mejorando su perspectiva de género”.
“Todo es educar. Los entornos familiares siempre han puesto parones, hay que educar en que se puede llegar a lo que se quiera”
Sobre datos específicos la consejera presentó la cifra del 20% de mujeres que llegan a ser catedráticas. Un número “maldito”, tal y como posteriormente se habló en la mesa redonda, donde Rosario Moreno incidió en la repetición de patrones ante los estudios de género en los cuales la presencia femenina no terminaba de dar el salto en los cargos directivos.
Científicas, ser mujer y dedicarse a la investigación
Las exposiciones de las cinco mujeres investigadoras presentes en la mesa redonda sirvieron de recorrido por la historia de la mujer en la propia ciencia. Carmen Guerra inició la mesa señalando los nombres de ilustres féminas dedicadas a la ciencia cuando este las apartaba de la investigación. La relación entre los centros de estudios y la imposibilidad del acceso a los mismos fue el inicio de una serie de presentaciones donde los asistentes pudieron corroborar cómo ser mujer ha sido históricamente el único requisito para ser aparatada del conocimiento.
Como ejemplo directo Cristina Urdiales presentó su experiencia, subrayando los estereotipos ligados a mujer e ingeniería. “La curiosidad es la base de ser científico” señaló durante su exposición, subrayando de este modo que la ciencia no es cuestión de género si no de vocación e interés. “Es la sociedad la que os dice continuamente que no podéis ser ingenieras, y eso es mentira”, solo hay que tener interés en “dar soluciones a los problemas”.
Por su parte, Teresa Cruz, directora de la Fundación DesQbre recalcó la importancia de la divulgación como forma de atraer y crear nuevos talentos. En esta línea unió su discurso al de la consejera de Educación a la hora de incentivar la creación de referentes femeninos para las futuras científicas. Referentes que sirvan para mostrar que el acceso a los estudios de Ciencias e Ingenierías no son terreno masculino, y que las mujeres tienen las mismas capacidades y posibilidades que sus compañeros. Tanto Teresa Cruz como Adelaida de la Calle expusieron la importancia del periodo de 3 a 6 años como momento culmen de la creación de estereotipos negativos referentes al género, siendo la educación el principal camino para combatirlos.