El vino nunca dejará de sorprender por sus beneficiosas propiedades, siempre dentro de un consumo moderado. Así lo demuestra un trabajo reciente llevado a cabo por el grupo de Biotecnología Enológica Aplicada, del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL), centro mixto de la Universidad Autónoma de Madrid y el CSIC, donde se ha demostrado que las bacterias lácticas que se encuentran de forma natural en el vino pueden tener propiedades probióticas.
Estos microorganismos confieren beneficios a la salud si se consumen en cantidades adecuadas como parte de un alimento. Sus ventajas están asociadas al mantenimiento de la flora intestinal y puede mejorar su capacidad para recuperarse de intolerancias. Los probióticos también están asociados a efectos antimutagénicos, anticancerígenos, hipocolesterolémicos, antihipertensivos, anti-osteoporosis e inmunomoduladores.
Este trabajo, publicado en la revista Food Microbiology, ha evaluado la resistencia a la saliva, al medio ácido y a las sales biliares de 11 cepas de bacterias lácticas de origen enológico, pertenecientes a diferentes géneros y especies (Lactobacillus spp., Pediococcus spp., y Oenococcus oeni), además de dos cepas probióticas control. La capacidad de adhesión a la mucosa intestinal y la capacidad de repeler la del patógeno E. Coli también fueron evaluadas en condiciones in vitro.
“Nuestra investigación ha comprobado que las 11 cepas evaluadas muestran una buena resistencia a las condiciones hostiles del tracto gastrointestinal, con valores de resistencia a saliva, jugo pancreático y bilis, similares o superiores a las observadas en las dos cepas probióticas control”, afirma Dolores González del Llano, investigadora del Departamento de Biotecnología y Microbiología de Alimentos del CIAL, y coautora del trabajo.
“Con respecto a su capacidad para adherirse a la mucosa intestinal e inhibir la adhesión de bacterias patógenas, todas las cepas manifestaron una elevada especificidad. Una cepa en particular, P. pentosaceus CIAL-86, destacó por tener un excelente nivel de adhesión y una buena capacidad de anti-adhesión contra el patógeno E. coli”, añade la investigadora.
Esta es la primera vez que se comprueba el potencial probiótico de las bacterias lácticas del vino. Sin embargo, y como manifiestan los propios autores, aún son necesarios estudios que confirmen este potencial fuera de las condiciones in vitro ensayadas.