Cinco investigadores emprenden hoy su expedición a la volcánica Isla Decepción en la Antártida
Investigadores del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada emprenden hoy una nueva aventura a la Antártida. La UGR participa en este tipo de campañas desde 1994, financiadas con proyectos nacionales de I+D+I, desarrollando investigaciones sobre la sismología volcánica de la Isla Decepción.
La isla, situada en el archipiélago de Shetland del Sur, tiene forma de herradura y es uno de los volcanes antárticos más activos actualmente. Sus erupciones mejor documentadas pertenecen a los años 1842, 1912 y 1917, y las más recientes, entre 1967 y 1970, que destruyeron dos bases, una chilena y otra británica.
El volcán registra una actividad sísmica intensa y otros indicios de actividad volcánica como la deformación superficial, anomalías térmicas superficiales y emisiones de fumarolas, entre otras. La presencia de dos bases científicas, la Base Española “Gabriel de Castilla” y la Base Argentina “Decepción”, y el creciente turismo de la zona provocan una vigilancia continua.
En esta campaña participan cinco investigadores españoles entre los que se encuentran Javier Almendros, Vanessa Jiménez y Enrique Carmona, de la Universidad de Granada, Alfonso Ontiveros, de la Universidad de Jaén, y Rafael Abella, del Instituto Geográfico Nacional. Durante el período de estancia en la base, desde mediados de diciembre hasta finales de febrero, los científicos instalarán una red de instrumentos sísmicos compuesta por tres estaciones sísmicas permanentes y cuatro estaciones sísmicas temporales, que mandan la señal vía WIFI a la base española.
Los científicos también contarán con un array sísmico, diseñado por el IAG y la UGR, que consiste en un conjunto de sismómetros separados cientos de metros y que es muy utilizado en estudios sísmicos en volcanes. Esta instrumentación y la red GPS gestionada por la Universidad de Cádiz les permite monitorizar la actividad volcánica de la isla, que fue notablemente alta durante la pasada campaña. Los registros de las estaciones permanentes permitirán determinar lo que ha pasado durante el invierno antártico, cuando la base se encuentra cerrada.