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25 abril, 2024
AndalucíaCórdoba

¿Por qué nos sentimos diferentes en condiciones microclimáticas similares?

Unos frío y otros calor, ¿Sabes por qué nos sentimos diferentes con las mismas condiciones microclimáticas?

Una investigación de las Universidades de Córdoba y la Universidad Tecnológica de Bialystok (Polonia) demuestra la relación entre la latitud del lugar donde se habita y la percepción de las condiciones climáticas óptimas a través de un estudio de las percepciones sensoriales ante las similares condiciones microclimáticas.

Cuántas veces, en una oficina, en la consulta del médico o en una sala de teatro o de cine, por ejemplo, se observa que la sensación térmica o la percepción de humedad es muy diferente de unas personas a otras. Estas situaciones tan habituales, de estar en un mismo espacio y condiciones semejantes y no sentirse igual, es lo que ha inspirado a un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba para indagar sobre sus causas y encontrar que existe una relación entre la latitud de la localidad donde nos situamos y las condiciones de confort, relación que puede ponerse de forma matemática.

La investigación, coordinada por el catedrático de E.U. del área de Física Aplicada de la Universidad de Córdoba Antonio Rodero, ha demostrado que las personas, aún estando expuestas a microclimas semejantes, tienen una percepción diferente de los parámetros óptimos de confort, según la localidad donde se encuentren. Dicha investigación ha combinado datos experimentales y medibles relacionados con el microclima con encuestas in situ, que han permitido obtener información sobre factores psicológicos.

En este estudio, realizado en colaboración con la Universidad Tecnológica  de Bialystok en Polonia dentro del proyecto de investigación interuniversitario “The possibility of the renewable energy sources usage in the context of improving energy efficiency and air quality in buildings and civil constructions”, se realizaron mediciones en el interior de edificios educativos de dos localizaciones climáticas diferentes -la ciudad de Bialystok (Polonia) y la localidad cordobesa de Belmez (España)– pero en días con condiciones microclimáticas similares. Se escogieron ocho aulas diferentes de estos edificios (4 en Bialystok y 4 en Belmez)  y se llevaron a cabo mediciones objetivas de las condiciones microclimáticas (temperatura, presión y humedad relativa del aire en el interior de la estancia) y otros parámetros como el nivel de ruido, ventilación, etc, a lo largo de los 60 minutos de duración de la clases. Al mismo tiempo se realizaron encuestas a los estudiantes sobre su percepción de confort sobre todos ellos. Estas encuestas se repitieron cada 15 minutos de clase para un total de 138 alumnos en Polonia y con 129 en España, un tamaño de muestra representativo, según las estadísticas de población de estudiantes universitarios.

Condiciones microclimáticas para establecer la duración de una clase

Según se detalla en un artículo publicado recientemente en la revista ‘Applied Thermal Engineering’, el porcentaje de satisfacción de confort fue diferente para los alumnos en función de la localización, pese a que las condiciones a las que se expusieron fueron semejantes en un lugar y otro. Así, los resultados permitieron estimar rangos preferibles de ambientes en el interior de las aulas distintos para cada país de análisis. Un ejemplo de ello es que, si la temperatura en clase era de 23 grados, para los alumnos de Belmez la sensación era de frío, puesto que la temperatura media de confort para ellos en el mes de las medidas (septiembre) se sitúa en 27 grados y para uno de Bialystok, en cambio, era de calor, puesto que su temperatura media de confort baja hasta los 20,5 grados.

Otro resultado adicional de estudio es que el porcentaje de satisfacción de confort en los estudiantes disminuyó durante el tiempo de clase, un resultado que, según los científicos, apoya a otras investigaciones relacionadas con el tiempo óptimo de duración de una clase para garantizar el máximo aprovechamiento del alumnado. En este estudio se llega a la conclusión de que a partir de los 45 minutos, aunque las condiciones microclimáticas tienden a una estabilidad, la satisfacción de los estudiantes disminuye drásticamente. Siendo, por tanto, éste el tiempo óptimo de duración de una clase. El trabajo reflejado en ‘Applied Thermal Engineering’ también concluye que los datos de esta investigación pueden tenerse en cuenta en las normativas para la construcción de edificios educativos en las distintas localidades. El profesor Rodero señala que las condiciones microclimáticas óptimas deben tenerse en cuenta para el diseño del tipo de ventilación del edificio, así como los aislamientos térmicos de las aulas en cada uno de los territorios.

Para este trabajo, Rodero has contado además con la colaboración del profesorado de la Escuela Politécnica Superior de Belmez, y del grupo de investigación FQM136: Física de Plasma: Diagnosis, Modelo y Aplicaciones.

Fuente: Gabinete de la Universidad de Córdoba. Unidad de Cultura Científica y de la Innovación


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