“Me planteé hacer un máster, además de para actualizarme un poquito en formación, para conseguir más puntuación en oposiciones”. Así arrancó hace menos de un año la última etapa académica (hasta la fecha) de Cristina Cubero, diplomada en Magisterio de Educación Especial en Sevilla y actual alumna del máster en Comunicación Social de la Universidad de Almería. Estudiante que, a sus 28 años, compagina sus estudios de posgrado de corte investigador con su trabajo como profesora en el instituto de La Mojonera.
Dos roles, el de alumna y el de maestra, que le quitan muchas horas de sueño para conciliar ambos campos pero que ‘soporta’ encantada pues “aparte de que necesitaba por inquietud seguir formándome, el tema de la comunicación siempre me ha llamado la atención”, confiesa Cristina Cubero. Y es que, con el cargo de pedagogo terapéutico (PT) en su lugar de trabajo, ella es “un recurso para el centro” por lo que necesita ser “además de gran comunicadora con los niños, con mis compañeros. Porque yo los tengo que formar a ellos para que trabajen con mis niños”.
Así pues, con una faceta profesional “más o menos encaminada”, para Cristina Cubero una de las ventajas de este máster es “la madurez que me está aportando. Estoy descubriendo muchos caminos que puedo tomar, puntos de vista que desconocía”. Y es que, aunque le toma mucho tiempo (y horas de sueño), ‘sarna con gusto no pica’ y “me quejo y no duermo,… pero es que si no me quejo y no duermo no soy feliz”, comenta entre risas. Una experiencia académica en la que, por otro lado, si ha echado en falta una orientación inicial sobre los recursos y servicios que la UAL pone a disposición de los estudiantes.
Investigación de futuro
“Tenía la necesidad de conocer el por qué de todo. Soy curiosa por naturaleza, y preguntona, entonces la rama de investigación me ha venido bien”, comenta. Una modalidad que “me está aportando muchísimo y ayudando a comprender muchas cosas” y se ha convertido en el inicio de un proceso que cambiará su futuro ya que, recalca, :
“Lo que quiero es seguir ampliándome y seguir formándome”.
En este sentido, una vez dentro del máster que cursa en la institución almeriense, se ha visto sorprendida por el buen trato de los profesores y temas como la investigación histórica de la sociedad. Materia con la que “conozco y aprendo de donde viene todo” y que “ha desviado un poco mi foco de interés ante el máster”. Prueba de ello sería la elección de su Trabajo Fin de Máster (TFM), referente a la formación del primer ayuntamiento democrático de su pueblo, en Sevilla. Una elección que choca al alejarse del ámbito de la Educación, pero con la que se crea “una mente crítica ante las sociedades de ahora”.
De este modo, cuando termine el máster, Cristina Cubero quiere abrir más el abanico y continuar la investigación. “Vamos, que el máster se ha convertido en el inicio de un proceso de mi formación”, destaca con entusiasmo. Y es que, con su profesión y experiencia ha comprobado que “el PT en su aula, solo, muchas veces no consigue tanto como cuando formo a mis compañeros y me convierto en un recurso del centro”. Una práctica, formativa, que “me ha enganchado” y con la que “me ha entrado el gusanillo de dar clase en la universidad”, señala.
“Quiero convertirme en recurso, pero a un nivel más grande”, asegura. Y para ello quiere que el máster le abra las puertas del doctorado. Un camino difícil si no se obtiene una beca, y más aún si se compagina con un trabajo, “pero quien algo quiere algo le cuesta”, apunta Cristina. Pero aún así, aunque tarde más tiempo, quiere conseguir el objetivo que se ha marcado y “me da igual lo que me cueste, y el tiempo que invierta, pero conseguirlo lo tengo que conseguir”, sentencia.