“Cuando el virus de la investigación te ha contaminado, ni puedes ni quieres escapar de él”. El químico Avelino Corma Canós pronunciaba estas palabras en su discurso de investidura como Doctor Honoris Causa en la Universidad de Jaén. Un nombramiento que se ha producido esta mañana, a las 12 horas, en el aula magna del Campus de Las Lagunillas en un acto que ha estado cargado de emoción y devoción hacia su carrera académica.
Natural de Monsofa (Castellón) y con más de cuarenta años de dedicación al diseño molecular de catalizadores y a la investigación de procesos catalíticos sostenibles en los campos del refino de hidrocarburos y derivados de la biomasa, Corma Canós ha consolidado una carrera científica que contempla la publicación de más de 900 artículos en revistas internacionales, la explotación de más de 100 patentes y la obtención de múltiples distinciones y premios, tanto nacionales como internacionales, entre los que destaca el Premio Príncipe de Asturias en Investigación Científica y Técnica que le fue concedido en 2014.
El acto de investidura estuvo dirigido por el rector de la UJA, Juan Gómez, quien estuvo acompañado por el rector de la de la Universidad Politécnica de Valencia, José Mora.La ceremonia comenzó con la lectura, por parte de la Secretaria General Olimpia Molina, del acta del claustro en el que se ha aprobado conceder este título al investigador valenciano. Seguidamente, el Catedrático de Ingeniería Química de la UJA, Eulogio Castro, expuso todos los méritos académicos y científicos de Avelino Cormas que lo hacen merecedor de esta distinción, para que finalmente el rector pronunciara las palabras mágicas: “Habéis sido nombrado y designado Doctor Honoris Causa por el Claustro de la Universidad de Jaén, en testimonio de vuestros relevantes méritos, por ello, y en virtud de la autoridad que me está conferida, os entrego y confiero el título que atestigüe en todas partes y para siempre el grado de esa dignidad doctoral”.

Instantes después, Corma Canós pronunció su discurso de ingreso, en el que habló sobre los retos, complicaciones y satisfacciones de su carrera, y apeló a “generar ciencia básica y transferir el conocimiento al sector productivo”. “¿Qué podemos hacer para que el conocimiento generado se convierta en fuente de bienestar?”, preguntó en el ecuador de su discurso, a lo que respondió animando a los asistentes a asumir más riesgos en la investigación, a implicar a las empresas en la aplicación del conocimiento, a promover la investigación pública, el emprendimiento y la innovación, y a motivar a las grandes compañías para que apuesten por el talento y la innovación. Hacia el final de sus palabras, el químico se refirió a la juventud y los animó a dejarse llevar por la pasión y no dejarse vencer por el desánimo, “manteneos firmes, pues sois el motor de la sociedad’, subrayó.