Más allá de las lógicas diferencias entre los contenidos y la mayor especificidad de los estudios de Máster, en relación a los Grados, y su mayor precio y menor duración; los estudiantes también perciben otros cambios cuando pasan de cursar un Grado a un Posgrado, más o menos significativos dependiendo del Máster que estén cursando. Entre las principales diferencias, el hecho de que los Másteres suelen estar más orientados y enfocados al mercado laboral, con más prácticas, y que el nivel de exigencia es mayor.
Así lo señalan a Aula Magna varios estudiantes de Posgrado de la UCO consultados, que coinciden en señalar que, en paralelo al propio mayor nivel de madurez que se le supone a estos alumnos en relación a los de Grado, la exigencia de los profesores y la propia metodología cambia. Incluso, aunque en muchas ocasiones los docentes son los mismos con los que estos universitarios se han encontrado a lo largo de sus estudios de Grado.
Así, Regina Inmaculada Molina, graduada en Ingeniería Mecánica y estudiante del Máster en Ingeniería Industrial de la UCO, resalta como principal diferencia el cambio de mentalidad al que conducen los estudios de Máster, en el sentido de que “están más orientados al mercado laboral y nos hacen interesarnos más por hacer prácticas. Yo ahora hago prácticas y me informo de las que salen, cuando durante el Grado apenas me había preocupado”.
Además, no sólo los conocimientos que se imparten son más específicos, sino que también son “mucho más aplicables a la práctica”, como también apunta Manuel Carmona, alumno del Máster en Psicología Aplicada a la Educación y el Bienestar Social de la Universidad de Córdoba.
Diferencias en los sistemas de evaluación
No obstante, y respecto al sistema de evaluación, Regina Inmaculada Molina afirma no percibir muchas diferencias; aunque para Manuel Carmona la evaluación es más continua y de alguna manera “mucho más sencilla y más fácil de preparar”, aunque el nivel de exigencia sí es mayor.
Lógicamente, las diferencias en los sistemas de evaluación van por barrios; porque como también indica Diego Castro-Nuño, estudiante del Doble Máster en Ingeniería de Montes y Representación y Diseño en Ingeniería y Arquitectura de esta universidad; en el caso de la parte de Montes “el sistema de evaluación es bastante similar al Grado, con exámenes, aunque con algo más de trabajos”; mientras que en la parte de Diseño “los exámenes han desaparecido, e importan mucho más los proyectos y el trabajo diario”.
Profesores más volcados, entre las diferencias
La mayor orientación al mercado laboral de los Másteres, en relación a los Grados, también se pone de manifiesto en el propio interés que los profesores muestran respecto a este tema, en relación a cuando imparten asignaturas de Grado.
Así, por ejemplo, Regina Inmaculada Molina explica que algunos profesores se preocupan de informar sobre prácticas y posibles ofertas de empleo a los estudiantes, más allá de las propias que pueda gestionar la universidad; y que los propios docentes fomentan y se preocupan más por organizar visitas a empresas.
Para Diego Castro-Nuño, alumno de un doble Máster, aún siendo los mismos profesores que en el Grado, éstos “están más dispuestos a colaborar personalmente contigo, a proponerte cosas y a entrar en debate”; algo a lo que también contribuye el propio tamaño de los grupos de Másteres, bastante más reducidos en número de alumnos que los de Grado, como término medio.
Precisamente, el hecho de que los grupos suelen ser menores también facilita la labor de enseñanza y aprendizaje tanto a los docentes como a los estudiantes, como señala Manuel Carmona, que también percibe en los profesores, aunque muchos de ellos sean los mismos que ha tenido durante la carrera, diferencias en la modalidad de enseñar, “mucho más práctica”.
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