El bullying es un comportamiento violento presente en las escuelas de todo el mundo, es un asunto grave que debería abordarse con urgencia. Así, un equipo internacional de las universidades de Córdoba, Cambridge y Zúrich ha desarrollado un estudio sobre los roles de acoso entre iguales, que si se sufre a los 11 años, puede continuar hasta la adolescencia. La implicación en el bullying tiene serias consecuencias a corto y a largo plazo para todos los miembros de la comunidad escolar.
Los investigadores de la Universidad de Córdoba Izabela Zych y Vicente J.Llorent, junto con los científicos Manuel P.Eisner, David P.Farrington y Maria M.Ttofi de la Universidad de Cambridge y Denis Ribeaud de la Universidad de Zúrich, han centrado su investigación en la evolución del bullying y su manifestación en comportamientos específicos conforme avanza la edad. Lo curioso de la investigación es que se ha estudiado al mismo grupo de adolescentes desde los 11 a los 17 años.
La investigación muestra que el daño físico es la forma habitual en que se manifiesta el bullying en edades tempranas y las formas más sutiles, tales como los insultos y la exclusión social, se mantienen a lo largo de toda la adolescencia. Además muestra la existencia de roles: agresores, víctimas y agresores victimizados (víctimas y a la vez agresores). Cerca del 15% de los participantes han estado involucrados durante todos los años de estudio en uno de estos roles.
Así, es común que los niños involucrados en el bullying a los 11 años permanezcan involucrados durante varios años más. Las víctimas generalmente siguen siendo víctimas, mientras que los agresores también siguen siendo agresores. Los agresores victimizados suelen transitar entre diferentes roles de acoso, pero rara vez pasan a estar libres del fenómeno. El estudio también revela que la mayoría de los niños que a los 11 años no se involucraron, por regla general nunca se han visto afectados por este problema, a lo largo de los años siguientes.
De esta manera, las pesquisas de este equipo de investigadores puede hacer más comprensible la evolución del bullying y abrir nuevos horizontes de investigación para la prevención e intervención en edades tempranas. Así, se podrá ayudar a los niños a no involucrarse o a escapar del acoso.