Expertos de la Universidad Autónoma de Madrid han demostrado que un derivado de ADN se comporta como un cable que puede transportar corriente eléctrica a grandes distancias. Este descubrimiento reaviva la posibilidad de desarrollar nanotecnologías basadas en la estructura del ADN.
Dada la necesidad de recurir cada vez más e tamaño de los dispositivos electrónicos han elevado al máximo nivel la carrera por la búsqueda de componentes cada vez más pequeños. Un equipo internacional con participación de la UAM confía en la posibilidad de utilizar moléculas de ADN para que actúen como cables moleculares. En concreto, han demostrado que una molécula derivada del ADN, llamada G4-ADN, actúa como cable molecular que transporta corriente a distancias mayores que ninguna otra biomolécula o polímero conocido.
Juan Carlos Cuevas, investigador del departamento de Física Teórica de la Materia Condensada de la UAM, señala que el G4-ADN tiene una estructura de cuatro hélices en lugar de dos como el famoso ADN, y se encuentra en la naturaleza en pequeños trozos como el final de los cromosomas humanos. “La primera tarea del equipo fue modificar la estructura química de estas moléculas para hacerlas más largas y robustas —describe el investigador—. Después investigamos sus propiedades eléctricas con la ayuda de un microscopio de fuerzas atómicas (AFM). Así encontramos que cuando una de estas moléculas se deposita en un substrato aislante y se la contacta con un electrodo metálico y la punta conductora del AFM, la molécula es capaz de transportar la corriente eléctrica a distancias incluso superiores a 100 nanómetros, algo de lo que ninguna otra molécula individual es capaz” ha explicado Cuevas.
Este descubrimiento, publicado en la revista Nature Nanotechnology, podría dar lugar a una nueva nanoelectrónica basada en el uso de biomoléculas individuales. Además, los resultados han permitido establecer por primera vez cuál es el mecanismo físico mediante el cual la carga eléctrica se puede transportar a grandes distancias a través de una biomolécula —una de las grandes cuestiones abiertas hasta ahora en el campo de la bioelectrónica—.