La brecha digital es una de las problemáticas en el sector educativo más acuciante. El cambio brusco y forzado por la pandemia a una docencia virtual ha generado en los alumnos la necesidad de contar con recursos informáticos para poder hacer frente a las tareas y las clases y al periodo de exámenes en el que se ha entrado. Y uno de los problemas que se ha detectado ha sido la falta de dichos recursos en el estudiantado más vulnerable.
Las universidades españolas han demostrado desde el mismo instante de la declaración del estado de alarma por la pandemia de la COVID-19 una total disposición para colaborar y poner al servicio de todos los españoles su enorme potencial de conocimiento y capacidad de actuación y gestión de recursos. Prueba de esta solidaridad ha sido el ofrecimiento a las autoridades sanitarias de 300 laboratorios y 2.000 expertos del ámbito universitario para la realización de pruebas PCR, así como el lanzamiento de ayudas concretas para el acceso a los recursos informaticos.
Desde la CRUE Universidades Españolas, se lanzó en abril el Fondo Supera COVID-19 dotado con 8,5 millones de euros. Una cantidad que ha sido efectiva gracias a la unión de la institución junto a al Banco Santander y al CSIC. Esta dotación ha estado dirigida a financiar proyectos colaborativos y medidas de apoyo universitario en 3 líneas de actuación: investigación, proyectos de impacto social y fortalecimiento de la capacidad tecnológica de las universidades españolas.
Ante las necesidades de recursos contra la brecha digital, desde el Fondo Supera COVID-19 se han destinado dos millones de euros para dotar de cerca de 5.000 ordenadores y 15.000 soluciones de conectividad a internet y webcams a jóvenes universitarios de toda España que se encuentran en una situación socio-económica desfavorable. El objetivo es que así puedan continuar con su educación de forma remota mientras las aulas permanezcan cerradas. La entrega de estos ordenadores y conexiones de red, que se realizarán a partir de la próxima semana, es una ayuda fundamental para que el estudiantado pueda continuar con sus estudios y afrontar lo que queda de curso en condiciones más justas. Además en esta línea de trabajo también se ofrece a las universidades un refuerzo en sus infraestructuras de docencia no presencial.