Parece mentira que haga ya casi cinco años que descubrí el mundo del emprendimiento, cinco años desde aquella última etapa de mi carrera universitaria que se acabaría convirtiendo en mi forma de vivir a día de hoy. Cinco años desde que decidí que quería montar una editorial con un búho mecánico por logo, arriesgarme, dar el salto al vacío de empezar un negocio desde cero y afrontar lo que sucediera después.
Y todo fue gracias a la Universidad de Almería y a un amigo que me animó a asistir al primer curso de emprendimiento que se organizó en ella. Después de aquella primera sesión con todo el equipo del área de emprendimiento, mi pareja y futuro socio, Dani, y yo decidimos que no pasaba nada por seguir yendo al curso y ver qué nos deparaban aquellas clases en las que descubrimos que el futuro no se limitaba a lo que todo el mundo nos decía o esperaban de nosotros.
Desde los cursos JUMP de aquel entonces han pasado varias ediciones, muchos más cursos de formación, jornadas, charlas, mesas redondas, talleres… A la gran mayoría de ellos he acudido como estudiante, como una más entre la marea de personas que no se conforman con lo que sería «el futuro ideal» de un recién graduado. A otras, he tenido el maravilloso privilegio y orgullo de asistir como ponente para compartir con el resto mis experiencias y los conocimientos que estos cinco años de travesía (con tormentas pandémicas incluidas) me han traído por el camino.
Si hay algo que pueda resumir mi experiencia con el emprendimiento en la universidad es la palabra «nervio». Desde aquellos primeros cursos, supe que para emprender tienes que tener algo que decir o que hacer que nadie haya intentado antes, tienes que tener las herramientas necesarias para poder convertir aquello que imaginas en una realidad, y la Universidad de Almería es un lugar maravilloso donde tallar y dar forma a ese nervio emprendedor que llevas dentro.
Por May López Fuentes
CEO y editora jefe de Insomnia Ediciones