Hace varios días saltó a los medios locales la noticia de una estudiante a la que habían impedido la entrada en una de las bibliotecas de la Universidad de Cádiz (UCA), ya que no había abonado el precio exigido para poder entrar, exactamente unos 50 euros.
Muchos, al leer esto pensarán que es una noticia descabellada y que roza lo indiscriminado, pero si conocemos los motivos exactos no es algo tan extraño. Aula Magna ha hablado con personal de la UCA, quienes le han explicado el porqué de esta tasa.
«La Universidad de Cádiz lo que ha hecho es generar una norma para autorizar y regular el uso de la biblioteca para personas que no sean ni universitarios ni ex universitarios», han contado fuentes de la Universidad de Cádiz.
Si nos ponemos a pensar, muchos recordaréis esas inmensas horas de espera para encontrar un sitio, esas colas para entrar al baño, para sacar un café o los insoportables murmullos que no te dejan estudiar, además de encontrarte todos los enchufes ocupados.
Probablemente, si todos los que entran son universitarios, también te toparás con ese tipo de problemas, pero seguramente que no será lo mismo. Tú, como universitario pagas una matrícula cuantiosa, una cantidad alta en la que también tienes el derecho de entrar a la biblioteca y poder estudiar tranquilo, sin esperar colas. Lo lógico es que, una persona que no pague matrícula tenga que tener algún requisito para poder entrar, y esa es la tasa que ha impuesto la UCA, 50 euros anuales que te da el mismo derecho que tiene un universitario.
«Otras bibliotecas directamente te echan, nosotros simplemente imponemos una ‘matrícula’ de 50 euros anuales, algo que reconoce el derecho a entrar en nuestras bibliotecas». De este modo, la UCA te hace formar parte de manera simbólica de la comunidad universitaria, sin diferenciación alguna.
Desde la Universidad de Cádiz, nos han mandado el documento en el que se explica todo con más claridad y sentido. Aquí lo mostramos íntegramente.
USUARIO EXTERNO BIBLIOTECAS DE LA UCA
La UCA es la primera universidad que tiene regulado, desde el año 2008, el acceso y la consulta de documentos por usuarios externos a la comunidad universitaria, y dispone de una normativa aprobada en Comisión General de Biblioteca para la expedición de carnés para usuarios externos, por la cual, a diferencia de otras universidades, la UCA, lejos de impedir, tiene reconocido el derecho de acceso a sus bibliotecas y salas de lectura a personas ajenas a su comunidad universitaria.
Este carné de usuarios externos tiene tres modalidades: para antiguos alumnos (sin coste para los egresados de la universidad en los cinco años posteriores a la finalización de sus estudios universitarios), para el acceso y uso de sala de lectura (con un coste de 25 euros año y que permite el estudio y consulta de fondos documentales en salas) y para el préstamo de libros y acceso a recursos electrónicos propios de la universidad, para aquellas personas que manifiesten un interés por estar desarrollando estudios de investigación, y soliciten hacer uso de los servicios y préstamo de documentos del fondo bibliográfico de la Biblioteca Universitaria (50 euros año).
Estas normativas se hacen para salvaguardar los derechos de los miembros de la comunidad universitaria, además de por motivos de seguridad y control, así como están aprobadas por la Comisión General de Bibliotecas y las mismas se encuentran reguladas en los Presupuestos de la UCA a través las tarifas de precios públicos que se aprueban anualmente por el Consejo Social de la UCA.
Para todos los alumnos y miembros de la comunidad universitaria de la UCA es un servicio gratuito, al que tienen derecho y acceden con el correspondiente abono de sus tasas por matrículas. La biblioteca de la UCA presta un formidable servicio a los profesores, investigadores y alumnos de la UCA, y ha sido objeto de múltiples reconocimientos tanto desde la comunidad universitaria en general por su buen ejercicio profesional y los servicios que presta. Actualmente tiene el reconocimiento del Sello de Excelencia Europea de Calidad 500+, siendo la primera biblioteca en España en haber obtenido esta distinción.
En ciudades con déficits de plazas de bibliotecas, la UCA presta un servicio añadido a la ciudadanía, pero ni los alumnos ni la comunidad universitaria pueden verse por ello privados o perjudicados en su derecho de acceder a las salas y consulta de todos sus fondos documentales, indispensable para el desarrollo de la actividad docente y cientifica.
En los demás Campus Universitarios de Cádiz, Puerto Real y Jerez no se han presentado ningún tipo de problemas, sólo en el Campus Bahía de Algeciras, dada la insuficiencia de plazas de bibliotecas.