El equipo investigador del proyecto Diverfarming, financiado por la Comisión Europea y en el que participa la Universidad de Córdoba, acuerda una metodología común para evaluar el impacto medioambiental y socioeconómico de la combinación de cultivos frente a las prácticas de monocultivos y de altos insumos.
Europa sigue impulsando los primeros trabajos de evaluación científica sobre las prácticas agrícolas basadas en la biodiversidad de cultivos. Lo ha hecho gracias al proyecto Diverfarming, cuyo equipo científico, liderado por Raúl Zornoza de la Universidad Politécnica de Cartagena, consensuó la pasada semana en Ameland (Países Bajos) las metodologías y criterios que servirán para responder a la gran pregunta:
¿es realmente rentable combinar cultivos en un mismo terreno, sea mediante rotaciones o mediante cultivos simultáneos en el tiempo?
Impacto medioambiental y socioeconómico
Metodología del proyecto
Todos los datos generados a partir de las medidas ya unificadas servirán para el diseño de modelos matemáticos que permitan realizar predicciones de rentabilidad y eficacia, según explicó la investigadora Roberta Farina del Consejo de Investigación Agrícola y Análisis de Economía Agrícola de Italia.