Sin lugar a dudas, Emilio Lledó conquistó el pasado jueves el campus de la Universidad de Almería al despertar un gran interés y poder de convocatoria. Un encuentro enmarcado dentro del ciclo de conferencias ‘Pensar el futuro’ del Consejo Social de la UAL, orquestado en un principio para que se desarrollase en el Auditorio de la UAL, que finalmente tuvo que trasladarse al Paraninfo dado el amplio número de personas que querían asistir a su conferencia. La razón de ello es que, como apuntaban desde la organización, pocas veces se tiene la oportunidad de disfrutar en primera persona de uno de los pensadores españoles más importantes de los últimos tiempos, como es el filósofo sevillano Emilio Lledó, considerado por muchos como ‘el sabio oficial de España’.
Así pues, la comunidad universitaria de la UAL y buena parte de la sociedad almeriense tuvieron el privilegio de contar con la presencia de Emilio Lledó en diferentes actos llevados a cabo la pasada semana, como serían los Premios del Consejo Social 2019. Ceremonia a la que le siguió dos días después su visita al campus donde, tras una entrevista con el rector de la institución almeriense, Carmelo Rodríguez, y la posterior firma en el libro de honor; Emilio Lledó se dirigió a un Paraninfo a rebosar que esperaba expectante la conferencia de este Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2015, quien además es miembro de la Real Academia Española en la que ocupa el sillón ‘L’ minúscula.
La sabiduría de Emilio Lledó
La conferencia de Emilio Lledó, titulada ‘Esperanza en la Educación’, fue una charla amena y participativa en la que el filósofo español, acompañado sobre el escenario por la presidenta del Consejo Social de la UAL, Magdalena Cantero, y el profesor de la UAL Antonio Bañón, fue contando su experiencia como profesor y filósofo. Durante el transcurso de la misma, cabe señalar, Lledó quiso lanzar un mensaje a los estudiantes de la UAL invitándolos a “que crean en la cultura, en la formación y se olviden en principio de que tienen que ‘colocarse’ después. Eso es la muerte de la universidad”. Y es que, tal y como el filósofo cree “los alumnos deben darse cuenta de la importancia de la cultura, del conocimiento, de las ciencias” puesto que “crear una universidad donde la obsesión sea buscar salidas es una manera de encontrar puertas, portones y cerramientos”. Por ello, insistía Emilio Lledó, “hay que amar la cultura, porque es vida y esperanza, y la esperanza es futuro”.
En este sentido, recalcó que “la riqueza de una sociedad es la educación y la cultura” y habló del que, a su juicio, es el camino que debe seguir la Educación. Palabras con las que apuntaba que “desde pequeños hay que crear capacidad de sugestión de amor hacia la cultura. No hay que darles a los niños conocimientos cuadriculados en la cabeza, lo que yo llamo grumos mentales, grumos pringosos, que atascan el cerebro e impiden la fluidez que las neuronas necesitan”. Un apartado en el que, a su vez, reconoció que “el sistema educativo actual desmotiva a los alumnos, me temo que sí”; señalando además que “la muerte de la escuela es que se dedique sólo a preparar a los jóvenes para los exámenes. Por eso, abogo por la libertad del profesor para transmitir conocimientos”.
De este modo, despertando las inquietudes y el pensamiento crítico de todos aquellos que estuvieron presentes durante la charla del filósofo español, Emilio Lledó se despidió del público. No sin antes mostrarse feliz de estar en la UAL ya que “venir a esta Universidad da alegría y libertad por estar al lado del mar”. “Un privilegio que espero sepáis gozar” pues, añadía, “para mí el mar es algo que me emociona y una expresión de libertad y esperanza”.