El emprendimiento crece entre los intereses de los jóvenes andaluces. Según la XVII Encuesta sobre Vocación Emprendedora en Andalucía, un especial que elabora desde hace 17 años la revista Andalucía Económica, junto con la escuela de negocios ESIC Business & Marketing School, la preferencia por desarrollar un negocio propio está creciendo entre los universitarios de Andalucía, a un ritmo estable desde 2018.
La encuesta, que se presentó ayer jueves en el Centre Pompidou Málaga, contó con las intervenciones de Rocío Blanco, consejera de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía; Ignacio de la Vega, director de ESIC Málaga; y Alfredo Chávarri, director general Andalucía Económica. Este documento realiza un análisis del perfil vocacional de los universitarios andaluces en materia de emprendimiento así como una observación de la evolución del sector emprendedor, donde destaca el crecimiento estable de la preferencia por desarrollar un negocio propio.
Emprendimiento como salida laboral
La crisis provocada por la COVID19 también ha hecho efecto en el emprendimiento universitario. Así, destaca entre los resultados del XVII Encuesta sobre Vocación Emprendedora en Andalucía como, el 46% de los consultados, señala su preferencia por el autoempleo como salida laboral. Por otro lado, el 22% de los encuestados expone como opción más favorable a acceder a un puesto público, mientras que el 13% preferiría trabajar por cuenta ajena en empresas.
Con estos datos, la XVII Encuesta sobre Vocación Emprendedora en Andalucía plantea que la COVID19 no sólo no han reducido esa aspiración empresarial a medio/largo plazo, sino que parece ser causa de su incremento en 2020. A la hora de proponer un proyecto emprendedor, los jóvenes andaluces lo hacen con las ideas claras, pues un 42% de quienes plantean su preferencia por el autoempleo ellos han reflexionado sobre la definición de una idea de negocio en mayor o menor medida, un porcentaje que supone un 23% del total de universitarios de Andalucía.
«Ser tu propio jefe»
Apostar por el emprendimiento no solo se relaciona con una salida laboral. Entre las motivaciones registradas por los jóvenes encuestados, esta elección da de la mano de un mayor control del propio trabajo. Así, en el clima de inestabilidad laboral, la opción de ser «tu propio jefe» así como desarrollar ideas y planes propios se une a una mayor independencia económica, marcando la opción del emprendimiento como la más factible.
Estas motivaciones son posibles gracias a la formación y habilidades de la generación encuestada, la cual se caracteriza por convivir con la tecnología y verla, mayoritariamente (96%), como un factor de impulso antes que como una barrera de entrada al ámbito de los negocios por cuenta propia.
Entre los principales obstáculos al emprendimiento, los universitarios encuestados señalan la falta de experiencia empresarial y carencias en formación orientada a la creación de negocios, así únicamente un 33% del alumnado confía en su preparación actual para afrontar un proyecto empresarial. En este punto destaca la aportación de la universidad al desarrollo de vocaciones emprendedoras. En este punto, sólo el 41% de los universitarios está bastante o muy de acuerdo con la afirmación “en la universidad recibo formación adecuada para crear mi propia empresa”. Cuando se profundiza en qué áreas de conocimiento dan más importancia, se detectan demandas mayores de formación en estrategia y organización empresarial (72%), marketing (60%) y contabilidad y finanzas (45%). También expresan mayor interés por claustros de profesores que transmitan su experiencia de las materias impartidas desde una trayectoria profesional en empresas.
Con todo, un 54% confirma que “desde la universidad se ha fomentado una actitud favorable hacia la profesión de empresario”. De hecho, el conjunto de universitarios coincide en estimar positivamente a los emprendedores como “personas que crean riqueza para la sociedad” (valoración con una media por encima de 4 sobre 5, tanto entre estudiantes con vocación emprendedora como entre los que prefieren más el empleo por cuenta ajena).
En conclusión, crear un negocio propio parece ofrecer a los futuros egresados más oportunidades de continuidad y control del destino profesional propio, en un contexto muy inestable para el empleo asalariado. Sin embargo, demandan a la universidad un mayor conocimiento de los mecanismos y requisitos del emprendimiento, que fortalezca su autoconfianza y posibilidades, en compensación a su inexperiencia empresarial.