Cristina Suárez, estudiante de Trabajo Social, viajó el pasado verano hasta Guatemala para trabajar con niños y mujeres indígenas. Experiencias como ésta, vivida por Cristina, son las que cambian la percepción de la realidad y otorga a los afortunados que las experimentan una nueva visión de cómo es realmente la vida y las distintas maneras que hay de vivirla, dependiendo del lugar del mundo donde uno se encuentre.
Una oportunidad que esta almeriense de veinticuatro años tuvo la suerte de llevar a cabo este pasado verano, gracias a una beca de un mes de duración, en la que viajó hasta la región guatemalteca de Alta Verapaz donde, junto a otras tres compañeras de carrera, colaboró con la sociedad y la gente de los pueblos del territorio de San Pedro Carchá en los que actúa ‘Fundemi Talita Kumi’, la fundación para el desarrollo de la mujer indígena. Algo que, asegura,
“te permite conocer el ámbito más amplio de tu profesión”.
De este modo, durante su estancia en Guatemala participó en dos proyectos; uno de ‘Soberanía Alimenticia’, donde además de realizar entrevistas a la población local para luego redactar sus ‘historias de vida’, también les enseñaban pautas básicas de higiene para cocinar y cultivar alimentos para un mejor consumo. Y un segundo, centrado en ‘Estimulación Temprana’, en el que realizaban actividades educativas y de ocio con madres e hijos de 0-6 años, donde además de a leer, les enseñaban a crear un vínculo materno-filial; pues la concepción familiar no es igual aquí que allí, donde los hijos son más para ayudar en el trabajo. Dos actuaciones en los que también ayudaba a formar a voluntarios nativos. :
Sin duda, una experiencia vital en la que Cristina lo que más valora es
“que me dejasen aprender de ellos, de las comunidades y la gente con la que he tratado. De sus costumbres y la manera de ver la vida, cómo disfrutan, porque es totalmente diferente a la nuestra”.
Un viaje que le ha dado una visión diferente de la vida, pues “aprendes a trabajar de una manera totalmente diferente de la que se trabaja en España, mucho más bonita y cercana. En España es imposible aprender lo que aprendí allí”. Algo que para ella es totalmente recomendable, repetible y al que piensa volver, pues no cierra la puerta a desarrollar su futuro profesional allí.