En Aula Magna, entrevistamos hoy a Antonio Peláez Verdet, candidato al decanato en la Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga, este próximo 05 de diciembre. Antonio tiene una larga trayectoria profesional. Estudió en la UMA y trabajó en multinacionales en Málaga y Madrid hasta que en 2001 se incorporó al Departamento de Economía y Administración de Empresa. Desde entonces ha trabajado en la Facultad de Turismo, como docente en grado, máster y doctorado, involucrándose sobre todo en la docencia en inglés. También ha sido secretario de la facultad durante diez años, vicedecano de Relaciones Internacionales, tutor Erasmus, vicerrector Adjunto para el Centro Internacional de Español, y vocal en comisiones como la de calidad, la de reconocimiento de estudios o la de ordenación académica.
¿Qué le ha motivado a presentar su candidatura al decanato?
La Facultad de Turismo ha tenido un crecimiento sobresaliente desde su fundación hace casi treinta años. Ha recibido premios muy destacados del sector, pertenece a la junta directiva de los miembros afiliados de la Organización Mundial del Turismo, e incluso tiene asiento en la Mesa del Turismo nacional. Yo he colaborado intensamente en ese proyecto desde hace más de doce años, y siento que mi centro tiene potencial para llegar aún más lejos. Siendo una facultad de turismo importante, también tenemos un gran ambiente de trabajo y estudio, y en ella convivimos colectivos muy diversos. Ayudar a preservar esa vida interior del centro es otro motivo igualmente importante para dar este paso. En mi opinión el decanato es una dignidad que debe ejercerse con respeto absoluto al cargo, y teniendo siempre presente que eres depositario de la confianza de cientos de personas.
En líneas generales, ¿Cuál es el programa con el que aspira a liderar el decanato?
Mi visión es la de una Facultad más internacional, y con estudios más prácticos. Quisiera facilitar que el centro interactúe con más fluidez con empresas e instituciones no solo locales y nacionales, sino de otros países. Por otra parte, el traslado de la facultad a su nueva sede será sin duda un hito importante en este mandato; sin duda requerirá de considerable planificación y de una extraordinaria capacidad de organización.
¿Cuál es la mayor fortaleza de su candidatura al decanato?
Mi candidatura no plantea promesas que no puede cumplir. Simplemente creo que conozco muy bien el centro, sus limitaciones y sus necesidades, porque llevo muchos años trabajando en él y participando en su gestión desde múltiples responsabilidades. También conozco bien las funciones de un decano y su equipo. Y sé cómo se toman las decisiones en un centro universitario, porque no siempre residen en el decano; antes bien, es un proceso que debería ser muy participativo. Ahora tenemos nuevos retos que requieren nuevas respuestas, y nuevas decisiones. La experiencia y preparación de los que me rodean y la mía propia ayudarán enormemente a la hora de planificar cómo adaptarnos a los desafíos que tenemos por delante.
¿Cómo ve su centro en la actualidad y que margen de mejoras reales existen en su posible mandato?
La Facultad de Turismo es un gran centro, con una plantilla de personal compuesta por excelentes personas y un colectivo de estudiantes muy dinámico. En los últimos años ha crecido muchísimo, hemos integrado la docencia de materias en inglés, y se han desplegado nuevas titulaciones. El perfil del estudiantado también ha cambiado, con una cultura académica diferente a la que hace años conocíamos, por no hablar de que somos anfitriones de un enorme colectivo de estudiantes extranjeros en intercambio. Hay peculiaridades en la enseñanza y carencias de infraestructura que debemos solventar. Creo que es necesario apoyar iniciativas docentes que hagan los estudios más prácticos, modernizando la enseñanza y facilitando el aprendizaje de idiomas, organizando cursos de study abroad, por ejemplo. Por otra parte, uno de nuestros principales problemas actualmente es la falta de espacio, que tiene difícil solución hasta que no nos desplacemos a la nueva sede; apenas podemos gestionarlo haciendo uso de clases y laboratorios en aularios adyacentes.
¿Qué valor añadido aporta usted con respecto a la candidatura rival?
Supongo que un punto de divergencia entre los dos programas es nuestra visión sobre el horario de clases, donde yo creo que los viernes deberían seguir estando reservados para actividades y no volver a programar clases regulares. También creo que me diferencia sobre todo la experiencia de doce años de gestión en la Facultad de Turismo, a la que añado la que conseguí trabajando en el sector privado. Entre otras cosas, creo que al frente del decanato de la Facultad de Turismo tendría que haber alguien que, al menos, antes haya querido desempeñar algún cargo previo en la facultad; de lo contrario es muy difícil comprender la complejidad de a lo que te enfrentas. También destacaría lo conveniente que podría ser que yo hable otros idiomas, en especial cuando representas nada más y nada menos que a la Facultad de Turismo de Málaga. Finalmente creo que mi perfil institucional me sirve para actuar de enlace y portavoz del centro con el entorno próximo, representando a mi facultad con orgullo. Y por último mi experiencia en el extranjero me ha permitido aprender a relacionarme con fluidez en contextos internacionales turísticos o académicos; esto es importante a la hora de desenvolverse en foros internacionales donde hay que respetar protocolos diferentes a los nuestros y algunos matices interculturales a veces muy sutiles.
La Universidad de Málaga se encuentra inmersa en una situación financiera complicada ¿de qué manera puede influir esa coyuntura en la evolución del centro que pretende liderar?
En el caso de la Facultad de Turismo se ha hecho un esfuerzo para reducir los gastos al límite y mantener las cuentas a raya, forzando mucho el presupuesto. Esto ha permitido un funcionamiento básico del centro, una suerte de actividad de mínimos, pero no es la situación ideal. Somos optimistas y creemos que la situación financiera se irá restableciendo progresivamente en lo que respecta a los gastos ordinarios de funcionamiento, y tampoco olvidemos que hay acciones docentes, como los títulos propios, que se autofinancian. Otra cosa es el enorme desafío que implica equipar el nuevo centro cuando esté disponible, que requerirá de un cuidadoso plan de inversión y mecenazgo. Éste habrá que complementarlo con medidas tales como, si es necesario, la reutilización de algunos equipos o la adaptación de activos que ya estén a disposición de la UMA, y todo ello bajo una detallada priorización de inversiones. También tengo muy presente la posibilidad de firmar acuerdos de patrocinios, colaboraciones o la organización de actividades que nos permitan obtener recursos para el centro.
La comunidad universitaria es muy amplia. En el caso concreto de los estudiantes, quizás por dejadez, apatía o falta de interés, no se implican lo suficiente en los procesos electorales. ¿Qué peso tienen los estudiantes en su candidatura al decanato?
El estudiantado tiene una representación enorme no solo en cada candidatura, sino en la vida del centro, incluyendo sus órganos de toma de decisiones. Aquí conviven diariamente más de un millar de personas, y la mayoría son estudiantes en diversos momentos de su carrera académica. Es importante entender que un alumno en primer curso de grado no tiene idénticas necesidades que otro que está cursando un máster, o una estudiante con beca FPU. Tampoco nuestras decisiones afectan igualmente a una alumna que vive en un piso en Teatinos que al estudiante que viene en autobús cada día desde Torre del Mar. Tenemos abundantes ejemplos de estudiantes que compatibilizan sus estudios con su actividad laboral, otros complementan su formación en un conservatorio, o una escuela de idiomas. Otros hacen voluntariado, o son deportistas de alto nivel. Por todo ello el lema de nuestra candidatura “Será la Facultad que tú quieres” les invita a implicarse con el resto de la comunidad en la gestión del centro. Queremos que en todo momento formulen propuestas para, entre todos, promover el tipo de facultad donde queremos estudiar o trabajar. Muchas de las acciones que llevo en mi programa han nacido de sesiones de escucha con el alumnado, y debo decir que me ha sorprendido su capacidad de proponer medidas prácticas y asequibles para mejorar el servicio que les presta la Facultad de Turismo.
Un mensaje final a los votantes de cara a las elecciones al decanato del 05 de diciembre.
Con el trabajo de todos nuestra Facultad de Turismo está hoy reconocida como uno de los centros públicos españoles líderes en la docencia y la investigación del turismo. Ahora, la candidatura que encabezo aspira a tomar el relevo y darle un nuevo impulso hacia un contexto más internacional, más aplicado y práctico, y aún más abierto a empresas e instituciones. Con el apoyo de todos lo conseguiremos, y la Facultad de Turismo será la que sus estudiantes y personal desean y merecen.