El accitano Pablo García López, de 24 años y estudiante del último curso de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Málaga, fue uno de los beneficiarios de la pasada edición de la Convocatoria Única, programa de la UMA que le permitió cursar un semestre de la carrera en la Universidade Federal Fluminense (UFF), en la ciudad de Niterói (Río de Janeiro). El comunicador, que también disfrutó de la beca Erasmus durante 11 meses en Portugal, asegura que aunque este programa le facilitó su experiencia internacional, no le ofrecieron «ningún tipo de alojamiento desde la universidad de acogida, ni desde la UMA».

¿Qué ayudas y facilidades te ofreció tu universidad para realizar el intercambio?
Desde la UMA coordinaron el acuerdo de estudios y se me dio una beca de unos 1.000 euros. El resto de gestiones las hice por mi cuenta. Buscar alojamiento, contratar un seguro médico, el viaje…
¿Qué crees que diferencia esta beca del resto?
La diferencia es el destino, y por supuesto la cantidad de la beca, puesto que sólo recibes ayuda de la universidad, no hay implicación ni desde el Ministerio ni desde la Unión Europea.
¿Qué te incitó a participar en una experiencia como esta?
Tras realizar la estancia en Portugal, decidí que quería abrir fronteras al otro lado del atlántico, y puesto que mi nivel de inglés es básico (B1) descarté la movilidad con EEUU y Canadá, y para seguir mejorando mi portugués, decidí que el mejor sitio sería Brasil.
¿Qué diferencias crees que existen entre la UMA y tu universidad de acogida?
La enseñanza universitaria en Brasil es completamente diferente a la de aquí. En el caso de mi carrera, allí estudié en la escuela de cine, y las asignaturas tenían una carga horaria práctica mucho superior a la carga teórica, por lo que no todas las asignaturas tenían examen teórico como tal, sino que te evaluaban con trabajos prácticos. Creo que dependiendo en qué carreras, esta forma de evaluar es mucho más acertada, y en el caso concreto de Comunicación Audiovisual, creo que es muy acertada.

¿Qué es lo que más te sorprendió de esta experiencia? ¿Y del país de acogida?
Sin duda me sorprendió la rapidez con la que me adapté al estilo de vida carioca. Es cierto que todos tenemos unos días de adaptación, pero una vez pasado ese tiempo, me sentía un carioca más. Brasil es un país que acoge muy bien a las personas extranjeras, y la ciudad de Río de Janeiro aún más.
¿Qué te ha aportado este intercambio personal y profesionalmente? ¿Crees que incrementará tus posibilidades profesionales en el futuro?
A nivel personal, cualquier experiencia de este tipo te ayuda a crecer, abrir fronteras y derribar preconceptos. A nivel profesional, creo que hoy en día es muy bueno abrir frontera con Latinoamérica, puesto que son países emergentes, en los que puede ser más fácil encontrar trabajo que en nuestro país.
¿Qué consejos darías a aquellos estudiantes que vayan a realizar un intercambio?
Mi consejo sería que intentaran absorber lo máximo posible del estilo de vida del país de acogida, y que aprovecharan al máximo lo que ofrece esta oportunidad en todos los sentidos.