Esquivando todos y cada uno de los obstáculos que se presentan en el escéptico camino de los procesos de selección, llegar a la meta con los músculos no demasiado cargados y contar con la suficiente fuerza para encontrar al futuro compañero no está siendo tarea fácil, pues requiere de algunos consejos que deben ser entrenados.
La salud de los miembros que componen una empresa es un medidor bastante relevante para valorar la propia salud de ésta. En la elección del nuevo trabajador no solo se está teniendo en cuenta el perfil profesional. La tendencia y la filosofía de muchas empresas está cambiando, en el sentido de que cada nueva incorporación debe encajar en el prototipo ético que inspira la organización, y que en términos generales suele ir ligado al ideal de vida al que aspiran los que ya la componen.
De manera irrenunciable, esto está provocando que los méritos académicos del currículum pierdan peso, en su justa medida y sin escandalizarnos, en detrimento de otros factores como el deportivo, temática de la que hoy nos ocupamos.
Utilizando otra panorámica, y siendo generosos con la finalidad de subir el ánimo de aquellos expedientes menos competitivos, estos pueden llegar a ser compensados con un estilo de vida saludable. En definitiva, cuando rellenes un formulario para adjuntar tu currículum, ¡no olvides marcar la casilla “vida sana”!
Aspectos más subjetivos, más orientados al estado de salud del trabajador, están ganando protagonismo en la toma de decisión final para decantarse por la definición del candidato más idóneo.
Es una corriente empresarial que en principio puede resultar un poco descabellada, pero si solo nos fijamos en términos de costes laborales, la idea está más que justificada. De hecho, se ha demostrado que uno de los mejores medicamentos para reducir el absentismo laboral es la práctica del deporte, y no necesariamente de alta competición; a lo que añadimos que los empleados que realizan actividad física con regularidad adquieren unas capacidades muy apetecibles para degustarse en el seno de una compañía: liderazgo, trabajo en equipo, esfuerzo, respeto, solidaridad…
Ya no hay excusa para entender a tu jefe cuando te diga: “tienes que sudar la camiseta”; ya sabrás porqué lo dice; y si llegas a escucharlo, ¡ojo! Intenta que no se dé tal situación porque podría estar pensando en no renovar tu ficha para la próxima temporada.