Falta de seguridad en el transporte público que llega hasta el campus de la Universidad de Almería, y vuelve; tanto en medidas de higiene como de distancia social y aforo. Esas son las principales quejas de algunos universitarios que recurren al servicio de autobuses urbano para poder acudir a sus clases. Problemática que se habría visto acuciada en los últimos días, cuando la UAL ha comenzado a recibir a los estudiantes que, por turnos, asisten a las clases presenciales.
Una situación que el pasado lunes producía un “agobio intenso”, que incluso podría considerarse un leve ataque de ansiedad, en M.R., estudiante del Doble Grado de Filología Hispánica y Estudios Ingleses en la institución almeriense; quien tacha de “lamentable” la experiencia vivida y confiesa que “me he bajado dos paradas antes de la mía porque estaba agobiada”.
“Una locura”
Tal y como narra a este periódico M.R., quien prefiere mantener el anonimato, la odisea tuvo lugar en torno a las 14 horas del día 5 de octubre, cuando volvía a casa tras sus clases coincidiendo con la hora punta de más afluencia de viajeros. Momento en el que en la parada de autobús del campus “se ha armado una locura, como si no hubiera Covid, con todo el mundo agolpado frente a la puerta del bus”.
Un ‘mal viaje’ que, una vez dentro, continuó sumando despropósitos pues, a pesar de haber conseguido un asiento, el aforo fue tal que “la gente estaba encima mía. Muchos iban agarrados a las barandillas e incluso en la puerta de salida”, comenta insistiendo en la falta de seguridad en el transporte público y de distancia social con “poca seguridad”. “No sé el aforo que tendrán los autobuses, pero si no sobrepasaba lo dictaminado, la verdad que me da vergüenza”, subraya M.R. apuntando que “el conductor pedía que se echasen para atrás”.
En este punto cabe señalar que Surbus, la empresa concesionaria del servicio de transporte urbano de Almería, publicó a comienzos de septiembre un aviso señalando que “aunque pueden ocuparse todos los asientos, sigue activo un máximo de aforo” que limita a 45 usuarios los autobuses de 12 metros y a 70 los de 18 metros; los dos modelos que llegan al campus.
Preocupación por la falta de seguridad en el transporte público
Desde la Delegación de Estudiantes de Humanidades se hicieron eco de la inquietud, y el agobio, de M.R., quien insiste en que de esta forma “si no lo pillo en la Universidad, lo voy a pillar en el autobús”. Y es que, comenta, “la UAL se lo está currando en cuestión de distancia, higiene y demás, pero sales del campus y te encuentras situaciones así”.
Así, tras hablar con su compañera sobre su preocupación por la falta de seguridad en el transporte público, miembros de la Delegación contactaron con Surbus para denunciar el incidente. Ante esto la empresa, diligentemente, cabe destacar; afirma que contactó con el conductor en cuestión e indicó que el autobús “ha salido de la UAL con 42 pasajeros, bajándose y subiéndose usuarios sin llegar a completar el aforo”. Una respuesta con la que corroboraban la versión de M.R. sobre que el conductor “en varias ocasiones ha pedido a los usuarios que se echasen para atrás, ya que todos iban aglomerados en el centro del bus”; y con la que insistían en que las normas de aforo estipulado “es algo que los compañeros llevan de una manera muy rigurosa”.
A pesar de ello, desde el colectivo de estudiantes ven lagunas en los protocolos de Surbus como, por ejemplo, la falta de gel en la entrada del bus (pues los usuarios tocan las barras y botones); así como falta de concienciación por parte de algunos estudiantes. Por ello, piden soluciones que pasarían por incorporar personal que regule el acceso al autobús en las horas clave, una mejor señalética de los espacios a ocupar dentro, o sanciones/expulsión a quienes no cumplan las medidas higiénicas y de seguridad marcadas durante el viaje.
Compartir