La Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Sevilla acogió ayer la presentación del primer estudio sobre la empresa familiar en Andalucía elaborado por la Red de cátedras de Empresa Familiar de universidades andaluzas con el objetivo de conocer su implantación y relevancia en el conjunto de la economía regional. Daniel Lorenzo, director de la Cátedra Santander de Empresa Familiar de la Universidad de Cádiz, y Alfonso Rojo, su homónimo de Almería, son los coordinadores de este proyecto.
El acto de inauguración contó con la presencia del consejero de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía, Antonio Ramírez de Arellano, que comentó que “la empresa familiar debe ganar en tamaño. Para ello, necesitan innovar y salir al exterior”. Lorenzo explicó que a partir de la base de datos del Sistema de Análisis de Balances Ibéricos (SABI) se han tomado datos económico-financieros de las empresas andaluzas con tres o más empleados. Para el estudio también se ha realizado una encuesta a una muestra representativa de 546 entidades en la Comunidad Autónoma, entre junio y diciembre de 2014, mediante un cuestionario específico sobre propiedad y control de la empresa, profesionalización, gobierno corporativo, e implicación de la familia empresaria y los procesos de sucesión.
Los datos obtenidos han permitido analizar la empresa familiar andaluza desde un estudio agregado de las principales magnitudes económico-financieras de estas entidades y un análisis micro con las empresas de la muestra seleccionada. En ambos casos, estas entidades se comparan con las empresas no familiares para analizar los datos obtenidos en su contexto regional.
Los resultados de la investigación destacan que “la empresa familiar tiene un papel relevante en la economía andaluza”, ya que cuatro de cada cinco empresas andaluzas son familiares. Estas entidades están presentes en todas las actividades sectoriales, con una distribución homogénea en todas las provincias de la región. La entidad familiar de Andalucía “parece ser más longeva que la empresa no familiar, siendo además familiares las empresas más antiguas de la muestra, con seis que superan los 100 años de existencia”.
La conclusión del estudio es que la familia controla la propiedad de la empresa, en la mayoría de los casos sin participación de socios externos, siendo muy frecuente que los miembros de la familia empresaria sean propietarios y directivos simultáneamente. Casi la mitad de estas entidades ha realizado el relevo generacional, ya sea en la propiedad o en la gestión. Tres de cada cuatro empresas familiares no tiene designado sucesor pero casi todas esperan que sea un miembro de la familia, que en uno de cada tres casos podría ser una mujer. Lorenzo ha concluido diciendo que un factor a mejorar es la formación de sus directivos y administradores ya que presentan niveles de estudios inferiores a los de sus homólogos de empresas no familiares.