Una de las funciones que tiene la universidad para con sus alumnos es otorgarles una visión general y reflexiva del mundo. Tener en cuenta todos y cada uno de los pormenores de sus decisiones y abrirles los ojos a la realidad globalizada.
Desde principios del 2000 se viene trabajando por un Espacio de Educación Superior unido en toda Europa, la línea de actuación es por tanto la eliminación de las fronteras para que los estudiantes de toda Europa formen parte de un único sistema, con unos mismos valores y cuya formación esté regulada de igual manera. Tras varias caídas y la ralentización provocada por la crisis parecía que España volvía a tomar el ritmo del resto de Europa, para acabar golpeándose de nuevo con una realidad que divide y sesga.
Las fronteras no se ven desde el espacio y la máxima “divide et impera” ya mostró su valor en época de Julio César.
Mientras la sociedad se satura con el conflicto catalán se dejan de lado otros muchos temas de actualidad que no tienen cabida en la congestionada agenda de medios. Desde Andalucía muchas voces son las discordantes con lo que está pasando en una tierra donde la mayoría de los obreros pertenecen al Sur. Se sacan banderas que no son más que cortinas de humo ante una realidad mucho más problemática, la crisis se agudiza y planteamos una duda que podría afectar a las universidades españolas ¿Dónde quedan amparados los miles de alumnos nacionales e internacionales del sistema universitario catalán? ¿Qué validez tendrás los títulos en una Europa que no reconoce sus fronteras?.