La Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP) denuncia que la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) “ignora los problemas del estudiantado y no responde a sus necesidades”. A pesar de ello, este mismo martes, 13 de diciembre, se votarán las enmiendas al texto y, tras las demandas continuas de la representación estudiantil, señalan que “no habrá ningún cambio que transforme sustancialmente el rumbo de la Ley”.
Según reflejaba la Coordinadora en un comunicado realizado hace unos días, los partidos políticos, “que deliberadamente han ignorado las peticiones del estudiantado”, tenían antes del día 13 “una última oportunidad” de introducir en el texto legislativo medidas que supongan un cambio sustancial. Por tanto, de no incorporar al texto estas urgentes medidas, “el estudiantado será el gran perjudicado”, insisten.
Demandas para la Ley Orgánica del Sistema Universitario
Entre las demandas del estudiantado respecto a la elaboración de la Ley Orgánica del Sistema Universitario, tal y como apuntan desde CREUP, se encuentra el aumento de la participación estudiantil en los órganos de gobierno y las elecciones y los mecanismos necesarios para poder mejorar la calidad de las titulaciones. Estas cuestiones han adquirido una urgencia tal que, si continúan sin solución, la universidad “se mantendrá anclada en una educación obsoleta” donde, subrayan, “se le da la espalda al estudiantado y sus problemas”.
A este respecto el presidente de CREUP, Nicolás Hernández, ha declarado que “los partidos políticos tienen que tomar una decisión, ¿quieren ayudar al estudiantado o no? Exigimos una Universidad Pública, Gratuita, Inclusiva y de Calidad, están a tiempo de transformar el modelo universitario después de veinte años”. Palabras con las que, además, añade que “la ley no está solucionando los problemas del día a día de miles de estudiantes”, por lo que “es nuestra última oportunidad para colocar al estudiantado en el centro”. :
Así pues, desde la Coordinadora reclaman a los grupos parlamentarios que afronten la realidad del estudiantado universitario y den respuestas a sus necesidades, haciendo de la universidad un espacio “más accesible y democrático, donde la calidad de las titulaciones y la opinión del estudiante esté en el centro”.