El rector de la Universidad de Cádiz, Eduardo González Mazo, ha afirmado hoy durante el balance de su gestión que la Fundación Universidad Empresa de la provincia de Cádiz (Fueca) «no está en quiebra». Es su respuesta a las argumentaciones dadas por la plantilla, que ha comenzado acciones de protesta ante la incertidumbre laboral que dicen tener.
Entre otras cosas, los trabajadores responsabilizan al rector y a su equipo de no haber solucionado su problema laboral y de no haber mantenido comunicaciones formales para tratar el asunto. Sin embargo, «no me siento responsable de lo que ha ocurrido con los cursos de Delphi. Cuando llego, ya están todos los contratos realizados y toda la formación en marcha», ha explicado. «Lo que tengo claro es que no puede llegar un presidente de la Fueca y, en pleno proceso de la formación de estos trabajadores, trabajando y sin yo saber nada de una manera previa, suspender lo que estaba ocurriendo». Además, en ese momento, «creo que no tengo legitimidad para hacerlo, puesto que se está cupliendo una subvención extraordinaria que viene dada desde la Junta de Andalucía».
Tristeza ante determinadas valoraciones de la plantilla
Según el rector, desde el principio su equipo de gobierno ha seguido este asunto con una «dedicación intensísima» y» generosidad admirable». «El conjunto de reuniones ha sido múltiple, en concreto de mi secretaria general -Francisca Fuentes- y yo me he reunido con los trabajadores -de Fueca- en asamblea», por lo que le producen «tristeza» determinadas declaraciones, ha asegurado.
Asimismo, ha resaltado el trabajo «ímprobo» de todo su equipo en este asunto; el «cariño que se le ha puesto a todo este ámbito para mantener todos los puestos de trabajo y que las personas puedan cobrar mes a mes». Por eso, «nos duele», aún a pesar del «máximo respeto hacia las valoraciones que se puedan verter»
No ha habido despidos
El rector ha enfatizado en que desde que comenzaron los problemas en 2014, «no ha sido despedido ningún trabajador» en la Fueca. Eso sí, «nosotros teníamos una idea para relanzar, consolidar y hacer más grande a la fundación», pero «no se ha podido hacer nada por el procedimiento al que nos hemos enfrentado», ha lamentado.
En resumen, González Mazo ha afirmado que la Fueca se encuentra en «la misma situación que antes, pero a sabiendas que no hay que devolver la subvención (que es un peso tremendo que ya no tenemos), acometiendo poco a poco el tema de la sanción y con todos los temas de procedimientos legales recurridos. No está en quiebra la Fueca». En su opinión, «la solución de futuro es acometer lo que estamos acometiendo, para que se mantengan los puestos de trabajo. De momento, tenemos un problema coyuntural que hay que resolver, no tenemos un problema estructural».
La Fueca es una entidad sin ánimo de lucro formada por diversas entidades públicas y privadas. Entre los años 2011 y 2012, participó en un programa de formación destinado a los ex trabajadores de Delphi por la que recibió una sanción superior a los 2’6 millones de euros como responsable solidaria en la simulación de contrataciones laborales y prestaciones de incapacidad laboral. Entre sanciones, devoluciones de desempleo y el “laberinto judicial” en el que está inmersa la Fueca como consecuencia de este proyecto de formación, el comité de empresa estima un coste de más de 7’8 millones de euros.