‘Todos los caminos llevan a Roma’, dice un conocido dicho popular en alusión a todas las rutas y vías de la antigüedad clásica que unían las principales ciudades y focos de interés del continente con la capital del Imperio Romano. Esta semana un equipo de investigación de la Universidad de Jaén ha descubierto los restos arqueológicos del ‘Jano Augusto’, puerta de entrada a la provincia romana conocida como ‘Betica’, y kilómetro 0 para una de las rutas más importantes de la Antigüedad Clásica que conectaba el Sur de Hispania con Roma.
Este hallazgo supone un gran avance en el estudio del pasado romano de la Andalucía, ya que se trata de un punto de entrada conectado con la calzada romana más larga de la península, con una longitud aproximada de 1.500 km, y vinculada a la Vía Augusta, que constituye uno de los principales ejes de comunicación del siglo I dC. Los restos fueron hallados en las proximidades del municipio jiennense de Mengíbar (Jaén).
Este descubrimiento fue presentado públicamente el pasado martes en la UJA en un acto en el que estuvieron presentes la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Pilar Salazar, el alcalde de Mengíbar, Juan Bravo, el director del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica, Manuel Molinos y el investigador responsable del proyecto, Juan Pedro Bellón. Este último explicó que los restos del arco hallado “monumentalizan una frontera, un camino, establece un punto cero y resalta la importancia que el Alto Guadalquivir tenía para Roma en ese momento, al igual que otras zonas como Iliturgi y Cástulo”.
Trabajos de excavación
Bellón explicó en el acto de presentación que estos restos son parte de los cimientos de uno de los pilares del arco que hacía de pórtico de entrada. Y explicó que a través de las excavaciones los arqueólogos han podido encontrar molduras y otros restos arquitectónicos que aportan información suficiente como para restituir la estructura completa del arco. “Con este material tan fragmentado vamos a ser capaces de conocer aproximadamente cómo era la estructura, podemos saber el estilo, el orden, las proporciones y los módulos que tenía, y en cuanto a su volumetría, calculamos que tendría un alzado de entre 6 y 7 metros”, subrayó. En los trabajos arqueológicos, realizados gracias a la financiación del Ayuntamiento de Mengíbar, participan, además de investigadores del Instituto Universitario de Arqueología Íbera de la UJA, el Departamento de Ingeniería Cartográfica, Geodesia y Fotogrametría de la UJA, la Universidad Complutense de Madrid, el Instituto de Arqueología de Mérida y la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma.