El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha depositado la medalla Nobel de Medicina de 1906, que fue para Santiago Ramón y Cajal, en la Caja de Las Letras, una galería acorazada en el Instituto Cervantes que atesora el legado de grandes personajes de la cultura y la literatura hispanoamericana. Este acto ha aspirado a servir no sólo como reconocimiento al investigador español, sino también como homenaje a la labor que ejercen los médicos, especialmente en estos tiempos de pandemia.
Durante el acto el ministro recordó que Ramón y Cajal asentó las bases de la ciencia en España, y que es un claro referente para la investigación científica moderna. Duque subrayó igualmente la importancia de incrementar los presupuestos para la ciencia. “La apuesta por el conocimiento y la innovación es además la única forma de salir de la actual situación”, recalcó. Por su parte, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, señaló que Ramón y Cajal «fue un patriota que, frente a los bulos, las supersticiones y los enfrentamientos, apostó por trabajar desde la ciencia por el desarrollo de la sociedad”. Y remarcó que su trabajo fue decisivo para ahondar en la complejidad del cerebro humano.
El acto contó también con la intervención de la vicepresidenta de Organización y Relaciones Institucionales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Rosina López-Alonso, que destacó la relevancia de su trabajo como presidente de la Junta de Ampliación de Estudios (desde su creación en 1907 hasta la muerte de Cajal) con la que se formaron y trabajaron los mejores científicos e intelectuales españoles. La medalla fue depositada en la caja de seguridad número 1.721 de la Caja de las Letras, ubicada encima del buzón dedicado a los hermanos Machado, donde permanecerá hasta el 25 de julio. García Montero señaló que, cuando se abra dentro de dos meses, acogerá otro legado formado por una primera edición de Cuentos de vacaciones (un libro de relatos del investigador) y dos ediciones (de 2002 y 2017) de su autobiografía, entre otros objetos. También, anunció, se está preparando el legado de uno de sus discípulos, Severo Ochoa.
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) fue un hombre polifacético que no sólo llevó la ciencia española a la vanguardia sino que además se interesó por la fotografía, el dibujo, la pintura y la escritura. En su honor se creó, en 1920, el prestigioso Instituto Cajal, integrado en el CSIC desde 1939. Este es el mayor centro de investigación en neurociencias de España y continúa estudiando el funcionamiento de la compleja estructura del sistema nervioso humano.