Los profesores españoles están “especialmente preocupados” por estar actuando en un contexto con una alta desigualdad ante la situación actual de estado de alarma, ya que no conocen el entorno y los recursos de cada alumno para poder evaluarlo adecuadamente. Esta es una de las principales conclusiones del estudio desarrollado por Fernando Trujillo, profesor de la Universidad de Granada, en el que se recoge la opinión de más de 3.000 docentes sobre los posibles escenarios que se barajan para terminar el curso académico.
Para esta investigación se ha realizado una encuesta online a un total de 3274 docentes de diferentes centros y etapas educativas. El objetivo es conocer su opinión sobre la evaluación del curso, ante la excepcionalidad marcada por la crisis sanitaria. Ya que. Según indica el experto, hay muchos condicionantes tanto personales como sociotecnológicos o pedagógicos que influyen en ella. Los datos obtenidos en el estudio han sido procesados para buscar una correlación entre el profesorado y los cuatro escenarios que esta investigación plantea. Dichos escenarios son:
- La Autonomía de los centros: Los centros asumen la toma de todas las decisiones que afectan a la evaluación del alumnado.
- Ajuste de currículo: Los centros establecen unos objetivos mínimos en base a los cuales evalúan al alumnado.
- Evaluación positiva condicionada: El Ministerio y las comunidades autónomas establecen una serie de condiciones mínimas que el alumnado debe cumplir para obtener una valoración positiva.
- Evaluación positiva sin condiciones: Todo el alumnado obtiene una evaluación positiva y promociona automáticamente.
La investigación concluye que no hay un escenario claramente apoyado por los docentes. Sí existen, en cambio, tendencias en cada etapa educativa. “En infantil existe una tendencia más o menos clara por el escenario 4, en primaria oscila entre el 2 y el 3, y en secundaria y bachillerato, las opiniones se acercan al escenario 2”, destaca Fernando Trujillo. “En todo caso, las diferencias entre los apoyos a uno u otro escenario son muy pequeñas”, añade.
Los docentes acusan la falta de instrucciones
Más allá de los resultados cuantitativos, el investigador de la UGR destaca los resultados cualitativos. Y es que a raíz de este estudio se han obtenido una serie de categorías que preocupan al profesorado, y que apuntan a que los docentes están especialmente preocupados por el papel de la Administración y la ausencia de instrucciones claras para desarrollar su labor. Al mismo tiempo, rechazan cualquier medida que genere mayor carga burocrática sobre ellos.
Así, de esta investigación se extraen varias líneas de pensamiento o culturas distintas del profesorado con relación a distintos aspectos que hacen que se decanten por un escenario u otro. Algunos docentes entienden el proceso de enseñanza como la transmisión de contenidos de profesor a alumno que con la evaluación busca certificar el aprendizaje a través de una calificación. Los estudiantes son evaluados en función de su esfuerzo a lo largo de todo el curso, independientemente de su situación actual. El profesorado cercano a esta posición apuesta por los escenarios 1 y 2. Existe otra corriente docente que entiende la enseñanza como un proceso de construcción de conocimiento de manera colectiva en la que la evaluación se utiliza para regular el aprendizaje. Su objetivo en esta situación excepcional es generar una situación de igualdad que no perjudique a ningún estudiante por cualquier contratiempo que pueda tener en este contexto excepcional. Este grupo de docentes opta por los escenarios 3 y 4. La investigación destaca que estas dos culturas conviven y estarán operativas el año que viene. En este sentido el experto señala que esta situación problemática que afecta a la evaluación de este curso no se solucionará este año, sino que seguirá planteándose el curso que viene.
Posibles escenarios en enseñanza universitaria
La misma encuesta fue utilizada para evaluar la opinión del profesorado universitario, aunque los resultados no han sido procesados aún. Los primeros acercamientos a los datos muestran la misma situación de incertidumbre y debate que se observa en el resto de etapas está presente también entre el personal universitario. La divergencia entre las dos culturas docentes se aprecia también en el ámbito universitario.
Según Fernando Trujillo, las universidades se acercan al escenario 2, en el que los centros establecen unos objetivos mínimos en base a los cuales evalúan al alumnado.“El profesorado apuesta por ajustar los procesos de evaluación, y tanto la institución como el profesorado deberán esforzarse por conseguir un método de evaluación que sea eficaz y justo, aquellas pruebas que generen la menor injusticia o no aporten datos relevantes deberán ser descartadas”, concluye el investigador.