El cáncer, esa enfermedad sin piedad que aún se le resiste a los investigadores y que cada año acaba con la vida de muchas personas y con la felicidad de muchas familias.
Los países necesitan financiación para que se siga investigando, pero sobre todo necesita a grandes profesionales, grandes mentes que indaguen y logren alcanzar lo que tanta gente ansía, nuevos tratamientos más efectivos, innovaciones que alarguen la vida, incluso su propia cura.
Hace unos días saltó a los medios la noticia de un niño de 16 años que había conseguido inventar un sensor capaz de detectar esta enfermedad en cinco minutos, sí, esta es la historia de Jack Andraka, un estudiante estadounidense que fue rechazado por las mejores universidades de Estados Unidos. Tan solo una puso interés y respondió positivamente a Andraka, la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, que confió en que siguiera sus investigaciones en sus laboratorios.
Lo que ha conseguido este estudiante de secundaria es inventar un sensor de papel capaz de detectar en cinco minutos tres tipos de cáncer a través de la mesotelina, una proteína que salta en las primeras etapas, el de páncreas, el de ovario y el de pulmón, tres de los que más muertes causan al año, y tan solo cuesta 3 centavos de dólar, es decir, es 26 mil veces menos caro que todos los métodos actuales para detectar la enfermedad. Asimismo, este sensor es más rápido y más sensible, además de no ser invasivo.
“Pero lo mejor de todo es que se puede detectar el cáncer en las etapas más tempranas, cuando alguien tiene casi 100 por ciento de probabilidades de sobrevivir, y hasta el momento es más de 90 por ciento exacto para detectar el cáncer”, resaltó Andraka en su presentación en el Festival de las Mentes Brillantes.
Se trata de un inventó que revolucionará la industria del cáncer, ya que, según el estudiante, este sensor, una vez que entre al mercado podría aumentar los índices de supervivencia del cáncer de páncreas, del 5,5% a casi el 100%, al igual que con los otros dos tipos.
Su invento, según el propio Andraka, podría tardar entre 5 o 10 años en poder comercializarse en Estados Unidos, ya que se enfrenta a numerosas restricciones legales.
Obstáculos
En este sentido, este joven investigador habló en el Festival sobre los obstáculos que tienen que pasar los jóvenes que quieren dedicarse a la ciencia, reivindicando que “el mundo de la ciencia debería ser tan accesible como el mundo de la cultura pop, como una canción que puedes comprar en un centavo”.
“La ciencia no debería ser un lujo, debería ser un derecho humano fundamental, “el derecho de acceso a la información debe ser de todos, no sólo de los que pueden pagar, las ideas no discriminan, las grandes ideas pueden llegarle a cualquiera, incluso a un chico de 15 años que está en su clase de biología, entonces ¿por qué habríamos de discriminar en el acceso al conocimiento?, porque piensen ustedes si un chico de 16 años, que no sabía lo que era el cáncer de páncreas, puede encontrar una manera de diagnosticar el cáncer de páncreas, imagínense lo que podemos hacer todos juntos”, concluyó Andraka en el Festival de las Mentes Brillantes.
Sin duda, una lucha constante que no acaba aquí, sino que empieza y aprieta desde muy abajo, los más jóvenes comienzan a interesarse por el mundo de la ciencia y por las enfermedades más resistentes, motivo más que suficiente para que se invierta y se facilite el trabajo, probablemente esta no sea la única que vez que oigamos hablar de Jack Andraka.
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