El pasado 13 de octubre, la Junta de Andalucía tomó la decisión de suspender las clases presenciales en la Universidad de Granada. Aunque al público general no le parezca una cuestión tan transcendente, incluso aplaudida por sectores de la sociedad que tachan a los estudiantes universitarios de “juerguistas” e “irresponsables”, esta medida no supone más que un nuevo agravio a esta institución por parte del gobierno autonómico.
Las aulas estaban siendo seguras. Si algún responsable político que haya participado de la decisión hubiera puesto un pie en las aulas de la Universidad se habrían dado cuenta que éstas cumplen con las distancias de seguridad, mascarillas y ventilación, por lo que es totalmente inasumible considerar estos espacios como foco de contagio.
Volviendo a los “juerguistas” e “irresponsables”. Parece que, en tiempos de pandemia, el ocio solo es tolerable si se produce en locales de hostelería. Nos cierran los parques, clausuran las pistas deportivas y nos cancelan actividades culturales alegando motivos sanitarios. Nos fuerzan a ir a los bares, a las terrazas o a los pubs, y cuando vamos, se nos criminaliza por el simple hecho de ir, cuando realmente no nos queda más remedio. No podemos olvidar que la universidad va mucho más allá de la docencia.
Me duele pensar que estas medidas no las provocan los malos datos sanitarios, si no vídeos e imágenes virales, protagonizados por, en su mayoría, turistas que vinieron a pasar el fin de semana a Granada, y que interesadamente se nos intenta asociar a nosotros y nosotras.
Además, desgraciadamente, la Universidad de Granada no ha hecho los deberes. Desde septiembre, llevamos exigiendo al Rectorado que se siente con los y las estudiantes, para establecer una regulación para la docencia online. Nos consta que esto aún no está en la agenda de nuestros dirigentes universitarios generando por tanto incertidumbre y desconcierto entre el estudiantado, ya que la docencia telemática queda en manos de lo que decida hacer el profesor de turno.
Por último, creo que este tipo de medidas deben de hacernos plantear el debate sobre el modelo económico que queremos tener como región. Seguir apostando por sectores muy precarizados, como la hostelería y el turismo, o fomentar el conocimiento, la investigación y la cultura.
Por Javier Torres Frías
Coordinador General de Estudiantes en funciones de la Delegación General de Estudiantes de la UGR