La música y la literatura pueden ir de la mano. Así lo han demostrado Carmen Arteaga y Eugenia Matesanz, autoras de ‘La banda sonora de Vera’, una novela llena de humor, amor y sobre todo música. La primera novela de estas dos jóvenes autoras muestra el mundo de una chica con problemas reales y respuestas más que contemporáneas, dando como resultado una historia ágil y divertida con la que sobrepasar las horas de calor.
Para fomentar la lectura y dar a conocer a los nuevos talentos, desde Aula Magna, el Periódico Universitario hemos entrevistado a Carmen Arteaga y Eugenia Matesanz, para conocer más a fondo su obra.
¿Quiénes son vuestros referentes a la hora de escribir y crear vuestras historias?
Referentes literarios tenemos muchos y muy variados, pero en cuanto a novela romántica, que es nuestro género, serían Susan Elisabeth Phillips, Sophie Kinsella y Marian Keyes, en buena parte gracias a su sentido del humor, que es lo que nosotras siempre defendemos de nuestra novela. Es romántica, sí, pero también queremos que la gente se ría leyendo.
Es una obra que habéis escrito de forma conjunta ¿Cómo ha sido el proceso de creación? ¿Cómo uníais las ideas?
Congeniamos muy bien y tenemos un estilo parecido, así que desde el primer momento hemos tenido muy claro por dónde queríamos llevar la novela. Lo más complicado ha sido estar en distintas ciudades, una vive en Madrid y la otra en León, pero si de verdad quieres, te organizas. Lo primero que hicimos fue juntarnos y encerrarnos, literalmente, cuatro días en una casa para trabajar en la escaleta de la novela, es decir, en el desarrollo de la historia, la trama principal y las subtramas. Plasmamos lo que iba a ocurrir en cada capítulo de principio a fin. También desarrollamos la descripción de cada personaje: carácter, motivaciones, virtudes, defectos, relaciones con otros personajes, etc. Después de esto y ya por separado, nos repartíamos los capítulos de manera alterna y, al finalizar, lo poníamos en común. Revisábamos y reescribíamos lo que fuera necesario. Para todo este trabajo, que ha sido un año entero, Skype fue nuestro mejor amigo. Horas y horas de videollamadas, antes y durante la pandemia.
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El mundo de Vera está dominado por la música ¿Por qué es tan importante la música en toda la obra? ¿Cómo elegisteis las canciones de cada capítulo y por qué?
La música es el eje central de la novela porque la protagonista no entiende la vida sin ella. Vera en un momento dado dice que la música le ha acompañado toda la vida, cuando está triste, contenta o enfadada con el mundo… y consigue apagar el ruido que a veces tiene en la cabeza.
Carmen: Yo escucho música desde que me levanto hasta que me acuesto. Creo que una canción en el momento adecuado es capaz de cambiarte el humor, de mejorarte el día. Por eso la música es tan importante en la novela y por esto también decidimos acompañar el comienzo de cada capítulo con la estrofa de una canción. Cada canción está muy vinculada al capítulo y tiene su significado. Y aunque nuestros gustos personales están presentes, hay un poco de todo: pop, rock, indie, en inglés, castellano, francés…. Elegirlas ha sido un trabajo de muchísimas horas, pero muy divertido.
M.Eugenia: Y no solo al comienzo de cada capítulo, en todo el libro la música está muy presente. Una buena banda sonora mejora cualquier película, ¿por qué no una novela? Por eso y para facilitar el trabajo al lector, y poder escucharla siempre que se quiera, creamos también la lista de reproducción con todas las canciones que salen en la novela por orden en Spotify: “La banda sonora de Vera”, así como una secundaria más cañera que se titula “La fiesta de Rita”.
Junto a Vera se suman las historias de otros protagonistas ¿Con cuál de ellos os quedáis cada una? ¿por qué?
M.Eugenia: ¡Rita, por supuesto! Porque se merece una novela para ella solita. Es divertida, leal, sincera y libre. Lo hemos pasado genial con ella. Es la amiga que todos quisiéramos tener. Y para nosotras ha sido muy importante reflejar la amistad de Vera y Rita, porque aunque son muy distintas son almas gemelas. ¡Es que Rita es mundial! No desvelaremos más…
Carmen: Diría que Rita también es mi favorita, pero estaba segura de que lo iba a decir ella, así que me quedo con la historia personal de Dani. Creo que hemos conseguido, o al menos hemos intentado, dar voz propia y cierta profundidad al protagonista masculino, que a veces en el género romántico pueden resultar algo planos. Dani es un tipo muy seguro de sí mismo, acostumbrado a dar consejos y “arreglar vidas”, por lo que es interesante verlo flaquear y enfrentarse a sus demonios internos, que no son pocos.
Pero que conste que adoramos a todos los personajes y nos hemos divertido muchísimo creándolos a todos. Es una sensación rara, porque creas un personaje y de pronto, sin darte cuenta, cobra vida y te encuentras a ti misma corrigiéndote un diálogo porque “esto Rita no lo diría así”.
¿Hay algo de biográfico en cada personaje?
Es inevitable poner algo de ti en cada personaje, aunque no quieras. Por ejemplo, lo que ya hemos dicho sobre la música. Siempre hay cosas de la vida de cada una que se cuelan como formas de hablar, experiencias… Pero no, no hay ningún personaje que sea a nuestra imagen y semejanza.
El personaje de Rita lleva a cabo un cambio muy profundo y actual ¿Por qué decidisteis esta transición en su sexualidad?
Carmen: Surgió a raíz de un artículo que leí sobre la diversidad sexual, en concreto sobre el caso particular de una chica que toda su vida creyó tener una orientación sexual fija, en este caso homosexual, y un día se enamoró de una persona de distinto sexo. La orientación sexual no tiene por qué ser inamovible y es algo que no hemos inventado nosotras. Nos apetecía reflejarlo en la novela porque es una realidad.
M.Eugenia: Además, como dice un personaje de la novela, ¿qué necesidad hay de poner etiquetas? Hoy te gustan las chicas pero puede que mañana te guste un chico, y no hay nada de malo en ello. Pero sí es verdad que al principio esto puede ocasionar un conflicto interno, como le pasa a Rita, que estaba convencida de ser lesbiana hasta que conoce a un chico que le rompe los esquemas. Para muchas personas y, desgraciadamente aún, este cambio de orientación puede ser un poco traumático, con un proceso de negación a priori… Eso es precisamente lo que queríamos mostrar, siempre con el máximo respeto y desde la naturalidad.
También está muy presente los roles de género ¿Consideráis que la lucha que Vera tiene con sus compañeros de trabajo es una constante? ¿Sabe Vera representar el sentir de muchas mujeres trabajadoras?
Este es un tema que daría para escribir varios libros. Sí, por supuesto, la lucha de Vera es diaria, aunque habría que matizar que no se extiende a todos sus compañeros. Ella trabaja en un mundo que está ocupado fundamentalmente por hombres, aunque esto, por suerte, está cambiando. Y al margen de ser un sector más bien masculino, Vera trabaja perfectamente. Su problema concreto es con un subordinado, un machista incapaz de asumir que su jefa sea una mujer.
Esto continúa pasando en muchas empresas, también en cargos importantes. Se sigue estigmatizando a las mujeres con poder y más aún si demuestran un carácter fuerte como es el caso de Vera. Para los hombres está bien tener carácter, es una muestra de profesionalidad, pero para las mujeres, no tanto. Por no hablar de que una mujer tiene que pelear el doble en puestos de poder. Aunque no nos gusta generalizar, lo hemos comprobado por nosotras mismas y es la tónica habitual.
¿Habéis pensado en una continuación de vuestra unión literaria?
Por el momento no, pero quién sabe. Ha sido un proyecto que hemos hecho conjuntamente como experimento, como amigas de toda la vida, una forma de pasarlo bien y ya que lo hacíamos, que estuviera bien hecho y publicarlo. ¡A por todas! Pero sí es verdad que escribir entre dos lleva más tiempo, lo hemos tenido que compaginar con nuestras vidas y nuestros trabajos, y por ahora tenemos distintos proyectos personales.
M.Eugenia: Carmen es la verdadera talentosa, la que me arrastró a esta aventura maravillosa y a quien le estaré siempre agradecida, sin ella yo no habría podido. Sin embargo, sí es verdad que ella se plantea convertirse en escritora a tiempo completo. Por eso tiene ya algún proyecto por ahí…
Carmen: Sí, por mi parte, y con todo lo que ha cambiado la vida en estos últimos meses, me he planteado dedicarme a escribir. Ahora mismo estoy dándole forma a otra historia del mismo género. Ya veremos, la literatura es un mundo complicado pero a mí me encanta y merece la pena.
¿Veríais la historia llevada al cine o a la televisión? ¿Cómo habéis configurado la imagen de vuestros personajes?
¡Ojalá! ¡Nos encantaría! Sabemos que las oportunidades son muy pocas, aunque sería maravilloso. Quizá más como película que como serie. Actualmente y gracias a plataformas como Netflix estamos viendo cómo se le da importancia a géneros literarios de este tipo, que no dejan de ser la vida misma.
Respecto a los personajes, antes de empezar a escribir ya teníamos la imagen mental de cada uno de ellos. Nos sirvió mucho para inspirarnos buscar referentes reales de actores, modelos… como es el caso de Vera, que siempre pensamos en Alicia Vikander. Dani es Justice Joslin. Mal gusto no tenemos…. Podéis verlos en el tablón que hemos creado en Pinterest con el mismo título: “La banda sonora de Vera”.
En vuestro caso habéis apostado por autoeditaros, ¿Qué beneficios trae esto?
Sobre todo libertad. Nosotras hemos elegido todo, desde la portada, la maquetación, la tipografía, hasta la fecha de publicación. Obviamente, esto implica que también hemos cargado con todo el trabajo, incluyendo la promoción en nuestras redes sociales. Nosotras optamos por Amazon que hoy en día es la plataforma que mayores facilidades pone. Ha sido mucho trabajo y más latoso que el proceso de escritura, claro, pero estamos contentas y hemos aprendido mucho.
Han corrido de nuestra parte gastos como el de la ilustración de la portada y la corrección externa ortotipográfica, pero nos hemos ahorrado que nuestro manuscrito permaneciera olvidado en el cajón de alguna editorial.
Controlar cuándo se publica tu novela y el subidón de darle al botón es una pasada. Hubo aplausos, grititos y muchos nervios, no os vamos a engañar.
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