Unas mil personas se concentraron este lunes por la tarde en la plaza de la Constitución de Málaga para expresar su apoyo a los alumnos y trabajadores de La Cónsula, La Fonda y el CIO Mijas y para reclamar a la Junta de Andalucía la inmediata integración de las tres escuelas de hostelería en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), la puesta en marcha de la formación y el pago de los salarios atrasados (que en el caso del CIO Mijas llegan a 17 nóminas).
La protesta, convocada por todas las fuerzas de la oposición en el Parlamento andaluz (PP, Ciudadanos, Podemos e IU), unió a estudiantes, profesores, familiares y ciudadanos anónimos, además de a políticos de todos los colores e instituciones, y sindicatos. Entre otros, participaron el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre; los portavoces de IU, Podemos y Ciudadanos en el Ayuntamiento, Eduardo Zorrilla, Ysabel Torralbo y Juan Cassá, respectivamente, y diputados provinciales. También quisieron estar reconocidos cocineros salidos de las aulas de esta escuelas, como Dani García, José Carlos García, Carlos Caballero o Mauricio Giovanini.
Todos ellos hicieron hincapié en las mismas reivindicaciones. «Es un motivo de orgullo estar aquí junto a los trabajadores y otros partidos a los que solo nos motiva hacer justicia, porque estos centros han sido referencia de excelencia, progreso y desarrollo económico», señaló el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, quien después leyó la carta abierta enviada a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en la que se le pide que se cumpla el Decreto-Ley 5/2015 de 15 de setiembre.
Por su parte, el parlamentario de IU, José Antonio Castro, hizo hincapié en la importancia de la unidad para conseguir las reivindicaciones. «Profesores y alumnos llevan mucho tiempo luchando, los grupos haciendo iniciativas en el Parlamento, en los ayuntamientos, y no sirvió de nada, solo cuando nos hemos unido es cuando se ha arrancado un compromiso serio», afirmó.
Así, pidió que se multiplicaran los asistentes a la manifestación convocada para el próximo 1 de febrero, día en que se cumple el nuevo plazo dado por el Gobierno andaluz para la integración en el SAE. «Más allá de la farándula, de la foto y de salir en la prensa, hay que movilizarse para dejarles claro que no se juega con estas escuelas», insistió Castro, apostillando: «no caigamos en la trampa de quienes nos quieren dividir, no cejemos hasta dar dignidad a las tres».
El representante de Podemos, Félix Gil, aseguró que el problema no es la falta de dinero, sino que esto está pasando «por una decisión personal de la presidenta de la Junta, que quiso paralizar la formación para el empleo para no verse envuelta en la corrupción». En torno a la misma idea habló el arquitecto Salvador Moreno Peralta, el encargaro de explicar la compleja situación del CIO Mijas: «si los cursos de formación han sido oficio de ladrones, acabemos con los ladrones, pero no con los cursos». Por último, Antonio Herrera, de CCOO, criticó «la incompetencia, inmoralidad e indecencia de la Junta y de su presidenta», y lamentó el daño a la industria del sector turístico.
El cocinero Dani García acudió a la movilización y, aunque no quiso hablar públicamente desde el escenario, sí mostró a los periodistas su «incredulidad» ante los nuevos plazos que ha dado la Junta. «El movimiento se demuestra andando y ya ha habido otros plazos durante mucho tiempo y no se ha llevado a cabo lo que habian prometido», sostuvo, agregando que «por desgracia no hay porque pensar que esta vez va a ser que sí». García subrayó que el problema es «la frustración de que siempre que se da un plazo sale mal», y esperó «de corazón» estar equivocado esta vez.
Quien no pudo estar en Málaga en la protesta, pero sí se unió a la misma, fue el actor malagueño Antonio Banderas que en Twitter lanzó el siguiente mensaje: «deseando que se resuelva el conflicto cuanto antes».
Los alumnos reclaman la «formación perdida»
“Están jugando con la economía familiar del profesorado y con los proyectos de futuro de las nuevas generaciones”, insisten los alumnos de La Cónsula, que se ven como principales afectados por los problemas que arrastra la escuela de hostelería. André Vale, de 25 años, está en el segundo curso de Sala. Lleva desde los 16 trabajando en el sector hotelero, y decidió entrar en La Cónsula para formarse profesionalmente.
Explica que, además de “la formación perdida”, lo peor son “las falsas promesas”. “Las palabras ya no valen, pueden reconfortarte el oído un tiempo, pero a estas alturas no valen nada”, comenta, apostillando: “queremos la formación que nos prometieron”.
Asegura que está “decepcionado” y considera “surrealista” jugar con el motor de la economía malagueña. Además, defiende el esfuerzo y “sacrificio” de los profesores que han estado impartiendo clases sin cobrar. “Lo que queremos es nuestra formación al completo”, insiste, agregando que no le importaría continuar “a medio gas” hasta final de curso e invertir unos meses más el siguiente “con tal de recuperar la formación perdida».
La Cónsula, atrapada en un laberinto burocrático
La Escuela de Hostelería de La Cónsula, en Málaga capital, es la más conocida de los tres centros malagueños. Desde su creación, en 1993, ha supuesto un revulsivo para el sector turístico en la Costa del Sol. De sus cocinas han salido cinco estrellas Michelín (Dani García, Celia Jiménez, José Carlos García, Diego Gallegos y Paco García), y antes de convertirse en un referente de la gastronomía, el emblemático edificio que la alberga había servido de inspiración a ilustres como Ernest Hemingway o Gerald Brenan.
Pero desde hace unos tres años, el Centro se encuentra atrapado en una maraña burocrática, un interminable laberinto en el que profesores y alumnos no terminan de ver la luz. El de este año es ya el segundo curso en el que la actividad académica comienza con retraso, sin el restaurante a pleno rendimiento y con constantes parones. El último se inició en diciembre, cuando los estudiantes y los trabajadores (que acumulan ocho nóminas sin cobrar) se plantaron de nuevo ante la Junta de Andalucía, para exigir que se agilicen los trámites que deben devolver la certidumbre a La Cónsula.
“Lógicamente estamos cansados”, aseguran, criticando que “la información se convierte en engaños” y estos en “costumbre”. Hay que remontarse al año 2013 para entender el origen de toda la problemática, que es común al resto de antiguos consorcios y escuelas de formación de Andalucía, entre ellos la Escuela de Hostelería de La Fonda, en la localidad malagueña de Benalmádena.
Ese año finalizó el plan de ayudas del Fondo Social Europeo que cubría el periodo de 2007 a 2013, a través del cual se financiaba a La Cónsula. Según cuentan, la Junta “tenía por norma” exonerar, que no liberar, de la justificación anual a los centros de excelencia para no frenar su actividad, y en 2013, cuando la Unión Europea exigió todas las justificaciones, había acumulados varios años atrasados.
A esto se sumó que, cuando en ese momento la Junta decide hacerse cargo de La Cónsula, la nueva ley de reforma de la administración local, puesta en marcha por el Gobierno central, no permitía su gestión con la estructura del consorcio, por lo que la solución pasaba por liquidarlo, para poder ser agregados en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), después de que fracasara la idea inicial de incluir a las escuela de formación en la Consejería de Educación a través de la Agencia Pública Andaluza de Educación (Apaef). La liquidación requería hacer un balance de activos y pasivos, y contar con el informe favorable de Intervención y con una auditoría externa.
En esto último se encuentran ahora, un proceso que puede tardar un mes más, si bien el Gobierno andaluz espera poder agilizar al máximo para tenerlo resuelto a principios de febrero. Mientras tanto, los alumnos y profesores siguen con las movilizaciones, confiando en que estas sean las que pongan punto y final a un conflicto alargado en el tiempo.