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13 noviembre, 2024
DivulgaciónNacional

La pasión por el trabajo podría aliviar el estrés de los sanitarios de cuidados intensivos

La pasión por el trabajo podría aliviar el estrés de los sanitarios de cuidados intensivos

La pasión por el trabajo se define como “la inclinación hacia el trabajo en la que el individuo disfruta realizándolo y decide invertir una cantidad significativa de tiempo y esfuerzo en él”. Esta pasión puede ser de dos tipos: una armoniosa, donde el individuo se compromete y disfruta en su trabajo teniendo un balance adecuado entre el tiempo que dedica al trabajo y a las otras áreas de su vida; y otra obsesiva, donde el individuo tiene dificultades para desconectar del trabajo.

Estudios previos avalan que la pasión armoniosa tendría consecuencias positivas en la salud de los trabajadores, por ejemplo: satisfacción laboral, afecto positivo y bienestar psicológico. Mientras que la obsesiva podría tener consecuencias negativas, tales como burnout o desgaste profesional.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid han planteado un estudio para contrastar si esta pasión por el trabajo podría jugar un papel importante cambiando la relación que hay entre los estresores propios del trabajo en las unidades de cuidados intensivos (UCIs) y el Estrés Traumático Secundario, entendido como el estrés postraumático del profesional que atiende a pacientes víctimas de sucesos traumáticos.

De acuerdo con los autores, “a través de una metodología de diario se evaluó en los profesionales sanitarios de las UCIs los estresores laborales diarios presentes durante la jornada laboral en cinco días consecutivos y los niveles de estrés traumático secundario diarios por la noche, transcurrido un tiempo desde la salida del trabajo. A su vez, se evaluó su pasión por el trabajo como una variable de personalidad que indica la relación del profesional con su trabajo como sanitario”.

Los resultados muestran que cuando los profesionales presentan una pasión “armoniosa”, es decir, disfrutan y se identifican con su trabajo presentando un balance y conciliación entre su trabajo y su vida personal, esto podría mitigar el impacto de los estresores en el desarrollo de este estrés.

Por otro lado, si el personal presenta un perfil de pasión “obsesiva”, es decir, también siente esa motivación y placer realizando su trabajo, pero hay una ruptura de este balance trabajo-vida personal del trabajador (por ejemplo trabajar demasiadas horas, pensar continuamente en el trabajo, no dedicar tiempo al resto de áreas vitales), la relación entre los estresores y el estrés traumático se podría intensificar, generando mayores consecuencias negativas.

Favorecer la pasión armoniosa

El impacto de estos resultados tiene varias implicaciones. En primer lugar, la presencia de altos estresores laborales en las UCIs es el primer foco de estrés para estos profesionales, por lo que la reducción de los mismos sería un primer paso.

Medidas tales como facilitar mayores tiempos de recuperación, dotar de mayores recursos para que la carga laboral sea más baja, dar un mayor apoyo por parte de supervisores, entre otros, podrían reducir el riesgo de desarrollar estrés traumático secundario, que tiene consecuencias tanto a nivel fisiológico (dificultades para dormir, problemas cardiovasculares), cognitivo (creencias de que algo terrible podría ocurrirle a los profesionales o sus familiares, creencias de que el mundo es injusto) y emocional (agotamiento emocional, ansiedad y depresión).

Por otro lado, trabajar y promover recursos organizacionales para favorecer en los profesionales un perfil más armonioso que les permita conciliar su trabajo con otras áreas de su vida se ha examinado como factor protector, ya que los profesionales con una pasión más armoniosa manejan más eficazmente los estresores del trabajo en la UCI.

“Estos resultados son especialmente relevantes en los momentos de crisis con la COVID-19, puesto que el personal está altamente motivado por desarrollar su trabajo, pero la falta de recursos, tales como material de protección, falta de personal en las unidades y las dificultades para la conciliación, ha llevado a un incremento excesivo de los estresores y la carga de trabajo, lo que hace necesario y de carácter urgente el desarrollo de medidas preventivas para mitigar el impacto de esta crisis en el personal, que podría verse agotado, con grandes consecuencias para su salud y la calidad del servicio asistencial”, concluyen los autores.

El trabajo forma parte de la tesis doctoral de la doctoranda Jennifer Moreno- Jiménez, y cuenta con la participación de los investigadores Luis Manuel Blanco-Donoso, Raquel Rodríguez-Carvajal y la directora Eva Garrosa. En el estudio participan además el Hospital Universitario Doce de Octubre de Madrid, con la dirección de Mario Chico Fernández (Jefe de Sección la Unidad de Cuidados Intensivos de Trauma y Emergencias) y Juan Carlos Montejo (Jefe de Servicio de Medicina Intensiva) y el Hospital Universitario de Albacete, con la colaboración de Maria José Villora (personal de enfermería).

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